Claudico a ratos, pero solo a ratos, porque ya hasta me da pereza claudicar... me como marrones propios y ajenos con un Pantagruel vetónico y me da pereza, me hablan y apenas sé escuchar otra cosa que lo que me apetece oír... y sigo adelante como un náufrago de tierra adentro, convencido de que el hombre es mientras respira y que dan igual la fecha del calendario, los oscuros números bancarios, el debe y el haber, el futuro como existente inexistencia, el tener y el no tener... cada día es más para la búsqueda de la comida precisa que para soñar mundos... y esto no lo arregla más que un baño de sangre en condiciones, estoy convencido, porque el agotamiento lleva siempre a la sangre y ya vamos estando muy agotados... y me digo que soy capaz... ‘Felipe, eres capaz’... y respiro hondo mientras me pregunto por qué a mi capacidad personal se le suman millones de pequeñas y grandes incapacidades ajenas que hacen que mi capacidad parezca pura incapacidad... hablo hilando ideas y soy c...