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Mostrando entradas de enero 6, 2013

A veces el paisaje está en el suelo.

Hoy salí a pasear con este frío mondongo y con la intención de hacer algunas fotos paisajeras, pero el tesoro estaba en una escombrera que me encontré en mi camino. Os dejo las imágenes que he robado con la camarita de mi teléfono.

Claudico a ratos...

Claudico a ratos, pero solo a ratos, porque ya hasta me da pereza claudicar... me como marrones propios y ajenos con un Pantagruel vetónico y me da pereza, me hablan y apenas sé escuchar otra cosa que lo que me apetece oír... y sigo adelante como un náufrago de tierra adentro, convencido de que el hombre es mientras respira y que dan igual la fecha del calendario, los oscuros números bancarios, el debe y el haber, el futuro como existente inexistencia, el tener y el no tener... cada día es más para la búsqueda de la comida precisa que para soñar mundos... y esto no lo arregla más que un baño de sangre en condiciones, estoy convencido, porque el agotamiento lleva siempre a la sangre y ya vamos estando muy agotados... y me digo que soy capaz... ‘Felipe, eres capaz’... y respiro hondo mientras me pregunto por qué a mi capacidad personal se le suman millones de pequeñas y grandes incapacidades ajenas que hacen que mi capacidad parezca pura incapacidad... hablo hilando ideas y soy c

Lo jodidos brazos...

Hoy me duelen los brazos, justo desde las muñecas hasta los hombros. Dejé aplazada el sábado la descarga de libros mercadilleros porque me sentía agotado y esta mañana he tenido que hacerla por purita obligación y con menos ganas aún que las que tenía cuando lo aplacé. Entre caja y caja hice pequeños descansos para fijarme en algunos de los libros que son descartes de otros, verdaderas maravillas de la literatura de las que yo nunca me desharía... en fin, que el mundo está raro. A media mañana tomé un café con Alberto y toda nuestra conversación recorrió los nefastos resultados personales que nos ha traído la crisis. Mi amigo esta absorto, igual que yo, y no le ve salida al asunto, igual que yo. Le expliqué que mi opción es aguantar hasta donde se pueda, ya que pequeñas empresas como la mía podrían salir adelante si se activa el crédito a corto plazo con el fin de poder volver a servir al gran cliente con periodos de cobro de 90 y 120 días... esto y que solucionasen de una