Primer madrugón de Juegos Escolares de la temporada. Arrancaba hoy su competición mi Guillermito en la disciplina de balonmano y corrimos ilusionados al evento. El frío era bestial tanto para los críos [todos ateridos y en camisetina] como para los padres [a los diez minutos empecé a notar cierto arrebato cistítico en mi entrepierna… a ver si el ayuntamiento cipriano pone un puntito de calefa en el pabellón Sierra de Béjar]. El arranque de la temporada ha sido tan triste como todos los anteriores en los que participé: padres competitivos en una historia que debiera ser participativa, entrenadores zorolos que no mueven los banquillos [algunos críos se quedaron tristes con esa dura enseñanza del ‘tú no sirves para esto’] y los chavales embebidos de una ilusión que les roban desde la mismita raíz. Pensaba mientras asistía al juego que, si esto no cambia, prohibiré a mis hijos apuntarse a estas actividades seudodeportivas. El resumen exacto es un cabreo intenso por lo mal que se hacen las ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador