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Mostrando entradas de noviembre 11, 2007

Lo poético aflora de lo común...

Primer madrugón de Juegos Escolares de la temporada. Arrancaba hoy su competición mi Guillermito en la disciplina de balonmano y corrimos ilusionados al evento. El frío era bestial tanto para los críos [todos ateridos y en camisetina] como para los padres [a los diez minutos empecé a notar cierto arrebato cistítico en mi entrepierna… a ver si el ayuntamiento cipriano pone un puntito de calefa en el pabellón Sierra de Béjar]. El arranque de la temporada ha sido tan triste como todos los anteriores en los que participé: padres competitivos en una historia que debiera ser participativa, entrenadores zorolos que no mueven los banquillos [algunos críos se quedaron tristes con esa dura enseñanza del ‘tú no sirves para esto’] y los chavales embebidos de una ilusión que les roban desde la mismita raíz. Pensaba mientras asistía al juego que, si esto no cambia, prohibiré a mis hijos apuntarse a estas actividades seudodeportivas. El resumen exacto es un cabreo intenso por lo mal que se hacen las

Ìtaca y su trampahistoria

Mientras uno no desea morir es que todavía alberga esperanzas de afirmarse en algo, con algo, en alguien o con alguien. Si eso no sucediera, se buscaría la muerte como modo perfecto de expresión. Y la afirmación esperada siempre busca alegría, una alegría que va unida a esa sensación divina de ir completándose. Cuando encuentras que la vida te aburre, que no te presenta viandas apatecibles al cuerpo y al espíritu, es cuando debes trabajar en tu defensa, y debes hacerlo buscando una razón en/con la que salir a flote, con la que volver a sentir ese vértigo tan parecido al amor [en su primera fase, la más intensa] que te hace un ‘loco’ que solo sabe caminar focalizando los pasos en una sola dirección, una dirección que enerva y produce reacciones químicas explosivas. A veces es bueno ‘desear morir’ y utilizar tal sentimiento como un acicate que te empuje a seguir viviendo mientras te salva de la dispersión que ahoga. Es algo así como un ‘paso de todo lo que no me produzca sensaciones fuer

Malick se va...

Me aniquila darme cuenta poco a poco de la verdad, estar jodido a plazos, sobre todo cuando los plazos los pongo yo. Hace tiempo me dije que para mis cincuenta años cumplidos me regalaría la lectura reposada de este diario entero para sacar conclusiones y poder decir tranquilamente: ‘hasta aquí he llegado y lo tengo escrito casi todo justo desde que percibí que hacía cierto uso de mi razón’. Quedan poco menos de veinte días para poder decir que he vivido medio siglo y anoche hice recopilación de los volúmenes que componen mis notas de los últimos diez años para iniciar su lectura. Me asombró encontrarme con más de ochomil páginas escritas en tipografía Times de cuerpo 12. Y ahora no sé si fue tiempo perdido o tiempo robado. El caso es que me hace una ilusión tremenda reencontrarme y poder revivir mis días alegres y mis días aciagos, examinar mi evolución en lo referente a las convicciones, leer que amé y cómo lo hice, rememorar peleas y fiestas, encuentros y desencuentros… pero, sobre

Slavoj Zizek

Leo a Slavoj Zizek y me preocupa la consideración que pronuncia sobre la izquierda en nuestros tiempos actuales: “ahora, la izquierda no puede hacer mucho”. Y me preocupa porque es abolutamente cierto. Su postura consiste en echar una mirada al pasado y analizar lo que se hizo bien para procesarlo en términos de una nueva propuesta que elevar al hombre de nuestros días, una propuesta estructurada en la realidad social. El tipo es vivo de cojones, muy irónico y con las ideas clarísimas [por lo menos en lo referente a los temas que toca]… y me llama sobre todo la atención su concepción del término ‘repetir’ aplicado a los periodos revolucionarios históricos. Dice que deben ‘repetirse’, pero repetirse para hacerlos bien, basándonos siempre en la experiencia. Su frase exacta es “las cosas se repiten porque fracasan” [no se abandonan y se intentan otras]. Y no me desagrada ese concepto empecinado como norma para lo que se nos ocurra. Entre sus perlas figuran: • La verdadera revolución cultu

Con Aníbal...

Me reencuentro sin querer con Aníbal Núñez en el número 05 de la IV época de la revista ‘Minerva’, del Círculo de Bellas Artes madrileño, y vuelvo a disfrutarlo como un niño con el recuerdo vivo del hombre triste y atormentado que pasaba deprisa por la Plaza Mayor salmantina cuando yo era un imberbe neouniversitario… y con esa cosa de sobrecogimiento que aún llevo en el cuerpo desde que ‘violé’ su habitación repleta de sensaciones, de pinturas, de poemas y de libros. CRISTAL DE LORENA [de Aníbal Núñez] La campagne y est peinte pour des gens de cour qui veulent retrouver la cour dans leurs terres. [H. Taine, Voyage en Italie] I Lo que deslumbra hiere y sin embargo es la herida quien presta su sangre y su dolor a la visión más alta: deja huellas el paisaje exaltado el imborrable cerco de un orbe suplicante que no se sabe si no es visto y no se ve si no se sabe Pero se va formando, óxido de la vida, otoño de la idea, a modo de un barniz traslúcido, dorado, un cristal ambarino que amortigu

Respuesta plástica

A partir de vuestras respuestas al comentario de ayer he logrado concretar esta imagen que os dejo, ella es mi verdadera reacción a lo que habéis escrito, pues os contiene a vosotros y contiene también mi idea de partida. Me la he currado con ganas, lo prometo. Mil Gracias. *[Podéis picar sobre la imagen para verla en un tamaño mayor] ••• CARNALES PARA FRANCISCO JIMÉNEZ [Me apetecía ofrecerte hoy un homenaje] Preámbulo • No hay como mirar la impostura de un hombre para conocerle con profundidad, quizás mucho mejor que si se mostrara franco y diáfano. En la medida en que se escogen disfraces, los hombres se van definiendo con nitidez. • Tener dinero y sentirse seguro… el mal del mundo. Carnales • Es bastante mejor ser deseado que desear… y menos doloroso. • El deseo no exige fidelidad, como el amor no exige posesiones… aunque sí posesión. • Todos los hombres somos diferentes… aunque a mí también me gustan los pechos grandes. • El amor se hace con todo el cuerpo, pero solo se entrena con

Un viaje iniciático.

El día amaneció luminoso y no pude resistirme a pillar mi Nikon, montarle el tele de 400 mm. y correr a robarle imágenes al otoño bejarano que va a morir definitivamente en unos días. El campo está mágico, casi de mentira, y mis ojos se emborrachan de su calidez. Hay quince días paisajísticos sublimes en el año bejarano y hoy es uno de ellos, uno de los que ofrecen mejor luz para que todo se sature en los ojos. Después de mi caza de imágenes, me senté sobre la hojarasca para pensar un ratito dejándome llevar, incluso llegué a tumbarme mirando al cielo entre las hojas amarillas de los álamos de La Fuente del Lobo… el cielo estaba surcado por sendas blancas muy nítidas cortando su azul… de pronto noté cómo una nueva senda iba dibujándose recta y segura. Pillé la cámara y fui captando cómo un avión hacía el camino, un camino que quizás a mí también me gustase compartir… lo imaginé atravesando un océano y llegando a otro continente, lo vi sobrevolando el Mato Grosso brasileño y dejándose c