Vuelan los grajos y son como una sortija negra en el aire para concelebrar el fin de los colores... ahora todo es frío y a ratitos también distancia... y quedan pendientes el lirio con ojeras, la mujer con manoplas de dibujos de nieve, la costura en la media a la par que amanece, algún abrazo póstumo y otro un tanto pirata, la Volpina en la nieve, aquella Derbi vieja y campeona del mundo, cuatro miradas cándidas y un entredós de ojos jugando al escondite... vuelan los grajos y se posan sobre el hielo sucio como un broche negro o una escarpia para concelebrar lo gris y lo anodino, el silencio traidor, el sentimiento anónimo, la turbación pequeña mientras las reses tiritan en los campos de escarcha y la luz es tan clara que se clava en los ojos... y miro los augurios que ha puesto el meteorólogo en la red para este ciclo nuevo... todo va a bajo cero y no se ven ya hormigas ni abejas, quizás porque no merece la pena. De estos días he aprendido algo... a verme más mayor en las mol...
Bitácora de Luis Felipe Comendador