Volver desde el aprecio desmedido, desde los brazos abiertos, desde el respeto admirado…, hasta este no ser nada resulta un poco duro. Y es que ser y no ser a la vez es algo complicado de llevar. Me siento a procesar todos estos días y sé con claridad quién soy, independientemente de quién parezca. Percibo bien enfocado en qué debo seguir y cómo debo hacerlo, pero no me quito del centro de mi estómago esa sensación agria de este ‘no ser’ aquí, entre la gente que me ha visto crecer, caer y levantarme tantas veces. Muchas veces he dicho que el verbo ‘merecer’ habría que eliminarlo del diccionario, porque es un verbo clasista, competitivo y negativo hasta en su acepción más positiva. ‘Entender’ debiera ser el verbo preciso, y a mí me gustaría ser ‘entendido’ allá y aquí, donde me quieren y donde me niegan, donde piensan que me deben algo (no me deben nada de nada) y donde lo debo todo. Procesar ser parte de un ‘top’ absurdo y ser a la vez una dolorosa nada, es muy difícil a ratitos, pero ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador