Día 7 de agosto... Cuando, esta mañana, Jaime de Armiñán montaba en el taxi que lo devolvería a su domicilio, se le había olvidado una especie de trofeíto que le habían entregado en el acto de ayer, una reproducción de una antigua cámara cinematográfica. La recepcionista del hotel salió corriendo con el trofeíto en las manos gritando… “Don Jaime, que se olvida esto…”, a lo que Jaime respondió… “je, je… mi Goya”. Me despedí y bajé a la imprenta con una sonrisota de oreja a oreja para empezar mi trabajo con ganitas, todo a pesar de este calor cabrón que me deja hecho un chicle y pisadito… y me tiré cuatro horas largas y enteras de sentada, preparando la maqueta para tirada de la revista de ferias de Hervás, un asunto complicado que me ha exigido bastante más concentración de lo que pensaba en un principio. Solo hice una pequeña escapada para hacerle una fotografía al amigo Cipriano [la que coronará su texto de presentación del programa de las fiestas de Béjar], oye, y que era el famoso D...
Bitácora de Luis Felipe Comendador