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Mostrando entradas de agosto 12, 2007

Contestación a Martín Buber.

En el juego de ‘el par de vocablos’ sobre el que se sostiene la filosofía de Martín Buber [véase/léase su obra ‘Yo y tú’] hay algo que me lleva inexorablemente a la sonrisa [y no por el tipo, Dios me libre, que me merece un respeto especial]. Buber engancha una relación y la complica en vez de simplificarla, la exprime con ardor guerrero hasta casi conseguir que se haga críptica… e incluso hasta determinar que solo se puede vivir en el pasado en función del ‘vacío’ alimento de la experiencia en su modo más transitivo. Llega a afirmar que “solo desde el pasado se puede organizar una vida” [estoy de acuerdo si se le quita ese ‘solo’ excluyente] y sugiere que el carpe –vivir el presente– diem “devora la vida”. Yo, sin embargo –pobre de mí–, entiendo que una vida se puede organizar también desde el justo presente y hasta desde el nebuloso futuro… y siempre, claro, desde esa propuesta relacional de Buber en la que se hacen imprenscindibles el ‘yo’ y el ‘tú’. La pregunta inmediata a mi afirm

Proselitas.

Como una película de Jacques Tati con música, por ejemplo, de Eric Satie, ha sido mi tarde noche con Guillermito. El chaval empeñado en asistir a la última entrega de “La hora feliz” del colectivo evangélico bejarano –tan bien liderada por la familia Vaquero y su gente afín–. Su empeño fue obligación para mí, igual que otros veranos, y me comí la hora y media de proselitismo juguetón de medio tono. Antes de seguir debo explicar que me encanta esa gente, su fuerza y el ardor luminoso que ponen en todo lo que hacen, el valor de bondad –que imagino que también será máscara– y el empeño feligrés. Lo que me molesta un poquito es que ‘ataquen’ –no sé si este término es el más adecuado– por la debilidad infantil, que intenten vender ideología religiosa por la facilidad del regalo y la puerta de la risa. En fin… no me parece un gran problema… y más si se compara con la milonga diaria de la Iglesia Católica, pues estos tipos me parecen mucho mejores, más dispuestos a currarse en la calle sus co

En fin… otro día sin más.

El día ha dado para un agudo ataque de ciática que se venía gestando desde hace una semana, y lo llevo relativamente bien porque, entre otras cosas, ayer perdió el Madrid en el último minuto [todo dicho sin acritud y, en todo caso, para que los madridistas piensen que en el castigo está la penitencia]. En fin, que sobrellevé el día de costado y con la cruz ominosa de tener que currarme los anuncios de la revista de ferias [castigo autoimpuesto por mi falta de decisión y por no haber aprendido aún a decir que no taxativamente]. Lo mejor fue la visita apresurada de los hermanos Fernández Magdaleno [casta de músicos grandes y pichones de la mejor sensibilidad imaginada]. Los quiero yo a estos tíos por todo, haciendo énfasis especial en Diego. La otra visita también fue chula, aunque con más calidad de relámpago [todo por mi culpa, claro]. Unos amigos majetes de mi hermana vinieron a visitarme con ella y solo dio para un mosto con tapita por las jodidas urgencias imprenteras. Y la tarde… r

Hasta donde lleguemos...

Ayer comí con Paco Ortega [y su mirada canalla], con Anita [y su generoso escote] y con Pedrillo Cubino [bienhechor del sarao –mil gracias–]. Y dio la cosa para un ratito de relax molón, pues, entre otras cosas, a Paco le llamó la bella Mónica Molina cuando iba a arrancarse en un florerito de anécdotas con protagonismo Sabina en el escenario de su biblioteca [también hubo lugar para Camarón, el taxista de Camarón y la floripondista María Jiménez]… y Ana en tiernecito mirando a un bebé [yo también me encandilé del crío], y Pedrito gesticulando, como para alzar el vuelo, mientras nos relataba su gatomaquia y su murcielagofobia con ese énfasis magnífico y cubinero que siempre pone en las cosas. Las viandas, a fuer de raras, no estaban malas [solo memoricé del menú la palabra “reno”], y mira que yo soy especial para esto del meter por boca. El caso es que los colegas propiciaron que mi estresado mosqueo tomase itinerancia y cogiera descanso [no en vano llegaba de una reunión tensa con los

Cerrallana gráfica

Ante la ingente demanda de imágenes sobre el estado actual de la Cerrallana, copio parte de mi archivo fotográfico, tomado hace cuatro días en un paseo por el lugar.