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Mostrando entradas de 2015

58

El cuerpo se rotura como una tierra en la que sembrar, pero ya no hay semillas posibles. Anotar mis 58 años me ha puesto más nervioso de lo normal y comprobar en mi análisis que cada día vivo al segundo, me deja agotado, que ya no está mi cuerpo para altibajos de calado y mi cabeza soporta poco esta sensación de fracaso continuo y arrebatado. El año ha sido para borrarlo de la vida por lo nefasto, pero para anotarlo en el apartado de la experiencia por la capacidad de sufrimiento que he conseguido y por el diario ímpetu de superación al que me he apuntado como un campeón. Las cosas no pueden ir mucho peor y yo ya no puedo ser mejor que lo que he sido. Si lo miro con distancia, el mal viene absoluta y estúpidamente del dinero, del jodido dinero. Viene de la banca que me ahoga y no me ayuda ni un segundo a respirar, viene de la Seguridad Social y de ese abuso legal que no está hecho para comprender y apoyar, sino para someter y eliminar; viene de la Hacienda Pública y de sus

Ese egoísmo genético de especie.

Debo confesar que a veces dudo de mi forma de estar en el mundo, y dudo, fundamentalmente, porque mi situación personal hace aguas por todos lados y parece que mi mundo personal se viene abajo. Es entonces cuando tengo que tomar aire y recapitular, pensar en lo que he hecho y decidir si humanísticamente me ha merecido la pena a mí y si le ha merecido la pena a alguien. La verdad es que, desde una situación personal complicada, resulta francamente difícil mantener una ‘ética’ y hurtarse de los solucionamos personales e individuales para avanzar en los colectivos. Por definición, el hombre es egoísta y tiende a buscar primero su propio bienestar para, después, si se da el caso, procurar el bienestar de los demás (casi siempre en beneficio propio). Yo soy hombre y, por tanto, soy así; y por ser así entro en lucha constante con la ética que me he marcado hace años, una ética que es fruto de la formación y de la experiencia recibidas de mis padres y de mis diversos círculos de cercanos.

Cuánto hacía que no visitaba mi diario.

Son ya demasiados días sin alimentar este diario, entre otras cosas porque últimamente se me niega la escritura, pero el otoño siempre fue propicio para las letras (las mías) y parece que este otoño no va a ser menos, pues van llegando las ganas. Durante la última semana he dedicado bastantes esfuerzos a una nueva acción que consiste en recoger alimentos para las familias de la zona de Béjar que tienen necesidad ‘urgente’ y ‘real’ de lo que debiera ser un derecho defendido con fiereza por el estado, y me he metido en el asunto para apoyar la dura labor de Cáritas en nuestro ámbito (todo a pesar de que no soy creyente y de que a la hora de colaborar, prefiero hacerlo con organizaciones sin tintes confesionales), pues me consta que hacen una buena labor y que están pasando por un momento duro. Y mira que me jode un punto esto de la ‘caridad’, pues siempre he pensado que es un término que debiera eliminarse por falta de uso, pues la caridad siempre humilla a quien la recibe; pero las c

Caidino...

Estoy lento y como gatinín con este calor bestia que cae sobre mí como una losa, y con tanto por hacer y en diferentes campos. Ahora que necesitaría multiplicarme, estoy dividido y hasta restado. SBQ necesitaría ahora de todas mis fuerzas de invierno (tenemos un agujero grande que tapar y no soy capaz de tomar aire). Intento mercadillos, lecturas, talleres, ventas de materiales chulos, sorteos…, pero nada funciona. Es como si al quedarme desactivado yo, se hubiera desactivado todo, pero no sé de dónde sacar la energía que necesito como el aire de respirar, no sé cómo tramitar esta abulia sobrevenida. En Perú la gente tiene sed, hay pendientes entregas necesarias de materiales, de carritos…, y he dejado un proyecto a medias que hace que me sienta culpable por ratitos. Es este jodido calor y que la gente aquí ya no puede más, porque está agotada por los miserables del dinero. A ello se suma el golpe constante en el trabajo, el ramillete de deudas con sus apremios y el vacío inabarcable

Notas de mi cuaderno de julio.

Están vaciando ‘PdT’ y algunas alimañas sonríen. Este pueblo es perro para lo suyo y para lo ajeno. En el Hotel Colón esta mañana: ‘La culpa no la tienen ellos, la tenemos nosotros, entera, toda la culpa entera’. ‘Te voy a quitar el negocio, el coche, la casa… por este orden’. Lo estaba pensando mientras hacía números en su oficina y me saludaba desde la mesa. Que me quieras después de hacerme daño no es bonito. Sinceramente creo que la situación va definitivamente hacia el caos. Todo nos será arrebatado y vamos a consentirlo. Sacerdote o soldado es un buen empleo para el tiempo que viene. ‘No sirvo para nada’, le dije cuando me preguntó en la calle. ‘Sí, sirves para que te humillen’, me contestó. No tengo ganas y eso es un mal síntoma. Mis hijos no tienen futuro. ¿Qué hago? Busco pensamientos positivos y solo me salen heridas en los labios. He estado con Marga mientras vaciaba su casa. Otra vez he vuelto a llorar… Creí que ya no lloraría jamás por nada. Leí alguna vez que l

Notas de mi cuaderno de julio

Desde hace años anoto diariamente en mi cuaderno de notas las distintas sensaciones que me recorren, alguna frase brillante o sorprendente que escuché, algún apunte para un poema posible y más de un exabrupto. Esto me sirve para sacar mi mierda de adentro y encontrar relax. Hace mucho tiempo que no comparto con vosotros mis notas, pero hoy, después de revisar mis anotaciones de julio, percibo que estoy entrando en una espiral jodidamente negra, así que he decidido compartirlo para que desaparezca este mal rollo en el que me estoy ahogando. Escribo todo mi dolor en un bloque de hielo. También el odio. ¿Qué he hecho mal?… Me lo pregunto cada veinte segundos y no encuentro respuesta. Los amigos, además de amigos, debieran ser amigos. Llevo bastante mal que me maltraten sin una causa justificada…, bastante mal. ¿Por qué hay que ser un hijo de puta para salir adelante? Esto se acaba, pero no acaba de acabarse. ¡Mierda! No sé cobrar y voy a empezar a olvidarme de saber pagar. Inten

Somos la razón del tren en marcha, su todo adelante sin salir del constante paralelo de las vías…

Somos la razón del tren en marcha, su todo adelante sin salir del constante paralelo de las vías… y ese ser ‘la razón’ le gusta mucho al que viaja a velocidad en los cómodos asientos de sus vagones, viendo pasar el paisaje por las ventanillas, pero solivianta al que perdió el billete, al que nunca tuvo para comprarlo y, sobre todo, al que busca lugares a los que ir y a los que el tren no llegará jamás, porque no hay vías ni estaciones. Así visto el trasunto humano, la libertad del que está en el sistema (el tren) viene siempre marcada por unas fronteras nítidas que, precisamente, amordazan esa libertad… o sigues las vías con tu billete en regla o te bajas del tren y corres el peligro de ser arrollado si quieres volver a subirte en él mientras no detenga su marcha. Me sucede con frecuencia que tengo ideas nítidas en mi cabeza, ideas que se muestran preclaras y estructuradas en mi mente y que, cuando intento compartirlas, me resulta muy difícil hacerlas llegar a mi interlocutor con

Mi sensación...

He dejado pasar un par de días para anotar mi sensación sobre las elecciones municipales bejaranas y creo que ya tengo mi resumen más o menos claro: un duro golpe a la izquierda local (a la absoluta y a la relativa), que no desbanca al PP por unos sesenta votos, y una victoria pírrica para quienes se van a cepillar otros cuatro años de sombras y penumbras. Por lo que se refiere al bloque progresista de la ciudad, se ha pagado, fundamentalmente, la absurda división del PSOE por obra y gracia de Ana Muñoz de la Peña (que en ningún momento ha demostrado altura de miras, prefiriendo la opción personalista destructora sobre la entrega ideológica a los valores democráticos del partido al que representa) y la no demasiado atinada gestión en la labor de oposición (esto viene ya de muy largo)… circunstancia que se ha enconado con la creación de la lista ciudadana de ‘Tú Aportas Béjar’ y un absurdo rifirrafe entre amigos y compañeros. Aquí me gustaría detenerme para afirmarme en la razón de q

Crónica de un día de elecciones.

Uno, que para ciertas cosas está tocado por la ‘gracia’ del azar más extraño, tuvo que repetir ayer como presidente de mesa en las elecciones patrias (esta vez las municipales y autonómicas). No es cosa que me asuste, pues acumulo experiencia en este asunto azaroso y cutre, por lo que no me afectó más que en ese robo oficial de uno de mis sagrados domingos. Había que ciudadanear y basta… así que me levanté con la fresca y con pereza (que mis domingos me ponen perezoso y jardilín), me ablucioné hasta donde me permitieron mis sentidos adormecidos, me vestí cómodo, me perfumé el cogote y me tiré a la calle, no sin antes comprobar que llevaba mi documento de identidad, el nombramiento oficial de mesero presidencial, el celular a tope de carga y un billete de cincuenta euracos para posibles imponderables… hacía un viento leve –muy de mi gusto– y me demoré en llegar al colegio electoral mientras me fumaba con deleite los primeros cigarrillos de la mañana. Ya ubicado en el colegio electora

¿Cómo se hace un hombre?

¿Cómo se hace un hombre?… No lo sé, pero constantemente juego a intuirlo, a buscar ese ‘cómo’ con la intención de aplicármelo a modo de medicamento; porque mi preocupación mayor, con los años que calzo ya, es intentar hacerme como hombre sin planteamientos asociados de falsedad o de autoindulgencia. Cuando un tipo como yo considera que ha pasado el ecuador de su vida y que ha entrado en el descenso, lo más honesto que puede hacer es echarle una mirada al pasado con intención de enfoque e intentar armar un buen rumbo al futuro incierto con decisión de ‘verdad’ (sobre todo de verdad hacia uno mismo y de verdad hacia los demás). La misión no es fácil, pues aplicarse dosis de autocrítica viene siendo duro y hasta desasosegante, pero hay que hacerlo con decisión y con valentía, enfocar qué he sido, en qué he fracasado y por qué lo he hecho, y que ese enfoque sea siempre desde el punto de vista social (yo con los demás)… enseguida verás que has desaprovechado una gran parte del tiempo viv

Resaca de un artículo que publiqué ayer.

A veces me vienen las palabras como chorros y necesito darles salida como sea, y lo hago, casi siempre con el resultado de que me hacen daño con su efecto boomerang, sobre todo si hablan de asuntos en los que no controlo todos los datos, todos los flecos y todas las miserias. Cuando las digo, cuando las escribo, juro que lo hago desde el autoconvencimiento (correcto o incorrecto), desde la necesidad urgente de ‘decir’, desde la indignación o desde la sensación insoportable de injusticia. Esta semana publiqué un pequeño artículo sobre la fea situación creada en la Agrupación Socialista Bejarana (ni la he creado yo, ni es bonita… nadie podrá decirme que miento en esto). Dije como un vómito lo que pensaba, sin darme cuenta de que en el ‘juego político’ todo tiene ‘justificaciones’ según el punto de vista de quienes toreen… quiero pedir disculpas por ello a un montón de amigos que se pueden haber visto afectados por mis palabras, pues no fue mi intención romper lazo alguno (ya se encarg

Un discurso para nada

Soy sensible...

Sí, soy sensible también… ¿o qué creías?… soy sensible a la luz desacertada que toma dirección hacia mis ojos, sensible al frío gélido de ahora (me deja recistítico y doblado), sensible a una sonrisa bien trazada, sensible bien glotón a esos pasteles de yema y nata fría, sensible ante la pérdida (cualquiera), sensible ante el dolor propio o ajeno, sensible a un buen paisaje y a uno malo, sensible a un gran poema y a unas lágrimas, sensible a la razón del que no tiene, sensible al hambre de otros y a la propia, sensible si me miras, sensible a tu desprecio si lo asestas, sensible a los hachazos de mi banco, sensible a este abrumante deterioro, sensible a no tener lo que preciso, sensible a lo que digas si me afecta, sensible a un buen cigarro mientras leo, sensible (muy sensible) si viajo… y también soy bastante vulnerable a todo lo que hagan o que digan las personas que quiero con hondura… y soy mal encarado (de mí a mí) si percibo que juegan con mi tiempo, con mi afecto, con mi

Esos amigos que no reaccionan...

Estoy un poco triste por la falta de reacción de algunos amigos, pero es culpa mía por exponerme a probarlos con un pequeño asunto editorial… en fin, es lo que hay… Hace unos días tomé la complicada decisión de publicar en edición solidaria mi último poemario, al que he puesto por título ‘Corre la voz’, y llevé a cabo cada uno de los pasos que he seguido con ediciones anteriores, pasos que siempre nos dejaron un pequeño éxito de ventas y una feliz reacción rápida de la gente que sigue mis enredos… siempre salimos airosos en tres días y la cosa dio para alimentar los pequeños proyectos de cooperación en Perú. La ‘cosa’ supone como único compromiso adquirir un libro al precio de 10,00 euros (más dos euros de portes) y tener opción a un dibu dedicado (ambas cosas no son importantes), por lo que rápidamente supuse que mi entorno de amistades reaccionaría rápido… incluso imaginé que lo harían más rápido que en las ocasiones en las que solo he participado como editor e impulsor… per