- Están vaciando ‘PdT’ y algunas alimañas sonríen. Este pueblo es perro para lo suyo y para lo ajeno.
- En el Hotel Colón esta mañana: ‘La culpa no la tienen ellos, la tenemos nosotros, entera, toda la culpa entera’.
- ‘Te voy a quitar el negocio, el coche, la casa… por este orden’. Lo estaba pensando mientras hacía números en su oficina y me saludaba desde la mesa.
- Que me quieras después de hacerme daño no es bonito.
- Sinceramente creo que la situación va definitivamente hacia el caos. Todo nos será arrebatado y vamos a consentirlo. Sacerdote o soldado es un buen empleo para el tiempo que viene.
- ‘No sirvo para nada’, le dije cuando me preguntó en la calle. ‘Sí, sirves para que te humillen’, me contestó.
- No tengo ganas y eso es un mal síntoma.
- Mis hijos no tienen futuro. ¿Qué hago?
- Busco pensamientos positivos y solo me salen heridas en los labios.
- He estado con Marga mientras vaciaba su casa. Otra vez he vuelto a llorar… Creí que ya no lloraría jamás por nada.
- Leí alguna vez que la ruina trae buenos versos. Ni eso.
- Vicente: ‘También hay que cambiar los discos y las pastillas de freno, lo he visto al quitar las ruedas’. Yo : ‘¿Cuánto? Vicente: ‘algo más de trescientos euros’. Yo: ‘Su puta madre…’.
Viendo los sucesos trágicos que atraviesan el mundo del hombre en estos días, me apetece dejar una breve reflexión sobre ello para que no me quede la vergüenza propia de haberme callado… Las religiones son profundamente dañinas en lo individual y en lo colectivo, en lo cercano y en lo lejano. Siempre basadas en el miedo, en el temor, en la búsqueda constante de un estado de tristeza marcado a fuego en todas sus pautas morales, dirigistas, sometedoras de pensamiento, acodadas con fuerza al dinero y a los grupos de poder que emponzoñan las sociedades desde hace siglos… Por ello, no es peor un cristiano que un judío o un islamista, que son todos malos de raíz, perversos y fieros estabuladores de grupos humanos… Ordenan el odio y la agresión, las más bajas pasiones y la aniquilación de quienes no comulgan con sus mandatos morales. En periodos de paz penetran sibilinamente en las conciencias y procuran que en los poderes políticos y económicos estén sus fieles ordenándolo todo a su ex...
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