Medio que me voy metiendo otra vez en la cosa bejarana y lo hago leyendo los agravios y los desagravios que se traen entre manos JASP y Antonio G. Turrión [en este momento me parecen tan “magras” este tipo de historias que parten de la nimiedad de que el tal don Ernesto Jeminguay pasase por nuestra “magra” ciudad estrecha, que me da como la medio risina y me pongo también algo triste porque no caemos en la cuenta de dedicar nuestros esfuerzos [todos] a arreglar vidas que sí suponen un verdadero y duro agravio a la Humanidad… y se me perdone este resto viajero que me acaba de salir, pero es lo que pienso mientras mantengo la herida abierta de los niños deambulando por los arenales de Moche, sin agua y sin gente que los cuide, buceando entre la basura para encontrar algo que probablemente acabe en sus bocas hambrientas… me río yo de los viajecitos de don Ernesto y de las discusiones bizantinas sobre el estropajo de si venía de Palencia o Salamanca y si se dirigía a Mérida, del sobre qué ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador