Harto de que no me dejen fumar con el café de la tarde, y con ganitas de despejarme un poquitillo de estos días cabrones e inevitables, dejé a Guille en el cole a las tres y me fui con mi cámara a intentar fotografiar a alguna cigüeña o a alguna rapaz cerca del basurero de Béjar. Cuando llegué al depósito de basuras no había ni un ser viviente visible en todo el perímetro que abarcaban mis ojos, así que decidí darme una vueltecilla caminando por la carretera de Fuentebuena para respirar aire puro y olvidarme de los malos rollos. No había aves... pues a fotografiar líquenes, que ahora presentan unos tonos y unas estructuras chulísimas. Cuando me cansé de caminar y de liquenear, me senté en el murete que cerca un prado extenso con una pequeña charca y, mirando a la charca, me encendí un pitillo. Se estaba de puta madre... solo, en silencio... y de pronto vi tres estelas grandes en el agua de la charca... flipaba y no podía creerlo... ¡tres nutrias en el agua! y yo sin la cámara preparad...
Bitácora de Luis Felipe Comendador