A Alejandra Pizarnik le daba miedo de que se fuera el invierno [“Afuera hay sol. / No es más que un sol / pero los hombres lo miran / y después cantan. / Yo no sé del sol. / Yo sé la melodía del ángel / y el sermón caliente / del último viento. / Sé gritar hasta el alba / cuando la muerte se posa desnuda / en mi sombra. / Yo lloro debajo de mi nombre. / Yo agito pañuelos en la noche y barcos sedientos de realidad / bailan conmigo. / Yo oculto clavos / para escarnecer a mis sueños enfermos. / Afuera hay sol. / Yo me visto de cenizas.”]. A mí me da pavor que llegue el estío con su tiempo de luz que me hace cerrar los ojos [tener los ojos claros es una enfermedad que no tiene cura], con ese calor que me transforma en un ser pegajoso y lento y me deshace como poeta hasta que vuelven las lluvias y el frío. Me desespera la idea de verano, que es para mí como una eterna idea de vacío. (18:34 horas) Si ‘busco’ con seriedad, todo se me aparece trágico y terrible. Mi mar de dudas se hace peso mu...
Bitácora de Luis Felipe Comendador