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Mostrando entradas de diciembre 23, 2007

Poema de amor desquiciado para Mariángeles.

Sé que no me he formado con mis lecturas, y menos con lo que la enseñanza oficial me quiso prestar durante unos años. No. Mi formación, mala o buena, ha llegado siempre de forma accidental y azarosa. Siempre de forma circunstancial y sin buscarlo. Todo lo que he escrito o pensado procede de tristezas y alegrías, de palos y contados éxitos, de conversaciones con amigos y enemigos, de miradas lánguidas o encendidas, de tardes de profundo aburrimiento y de noches rojas como sexos abiertos, de días tirados por la borda y de demasiadas ganas de desaparecer… y sobre todo de haber sabido buscar en cada experiencia notable una obsesión y una respuesta rápida. Cada día me convenzo más de que la lectura actúa en mí distorsionando y sacándome de la vereda que debo seguir… por eso ya casi he dimitido de leer prosa y probablemente me plantee dejar de leer poesía. Las palabras me engañan si no soy yo quien las pronuncia y quien las escribe, me hacen dar pasos atrás que no debiera dar. Leer es pernic

Bajaba el gitano Manolo a primera hora la cuesta de Colón...

* Caricatura realizada por Mescalina. Bajaba el gitano Manolo a primera hora la cuesta de Colón cuando me crucé con él. Iba cantando con un cigarrito en la mano izquierda y una birrita en la derecha, con su melena revenida empaquetando su cabeza, sonriendo. Y no me pidió nada al cruzarnos [rara circunstancia, pues siempre me arranca, como mínimo, un cigarro del bolsillo]. Manolo pertenece a esa casta de hermosos vencidos [subtipo ‘carpe diem’] que sobreviven en torno a la Plaza Mayor bejarana, entre los que se encuentran una viejita que toma el sol junto a la iglesia con una bata de boatiné de color azul zafiro, otra que lleva turbante y casi siempre va con un café en la mano, la mujer tranquila y gordísima que fuma compulsivamente y se pasa el día recorriendo el mismo tramo de calle, el sostenedor de las columnas de piedra de Los Portales de Pizarro, los cinco o seis piratas de porrito y risas navegando las sombras, la lunática con bufanda blanca, la abuela gitana de negro absoluto y

La muerte no es fatal si la vida la completó.

Según el tonto entender del hombre, el pulso de la vida es creativo y el de la muerte es destructivo… y la tendencia de uso tiende a ser siempre separada, cuando la realidad incide directamente en la conjugación de ambas pulsiones. La muerte y la vida son el mismo azar y vibran en la misma cuerda. Por tanto la muerte no es fatal si la vida la completó, aunque sí inexorable, como no existiría una vida plena si no se coronase en la muerte. Así, muerte y vida son parte del mismo concepto, parte inseparable. Es por ello que debemos trabajar en compartir ambos estados tanto desde lo interior como de lo que nos viene de fuera. Ayer completó su vida un buen amigo y un excelente compañero ideológico: Jorge Martínez Herreros, y lo hizo dejando el valor de la idea común como ejemplo practicable, como lucha del hombre imperfecto en aras de la superación y de la mejora, de la igualdad y de la justicia. Sus pasos socialistas, independientemente de las formas distintas de apreciar la acción sobre el

La casa del poeta...

Me llega divino el correo con una antología poética que devuelve a mi memoria al inefable [y magnífico poeta] Antonio Manilla y a Manuel Piña [ambos son los antólogos]. Es ‘La casa del poeta’ [ed. La bolsa de pipas], una magnífica recopilación de poemas/poetas alrededor de la casa. Me encanta verme de nuevo en letra impresa y nada menos que rodeado de un montón de buenos amigos de letras y de otras muchas cosas [están ahí Luis Alberto de Cuenca, Antonio Colinas, David Torres, Jesús Urceloy, Jesús Zomeño, Joseph Mª Rodríguez, Jorge Riechman, Antonio Orihuela, Andrés Neuman, Eduardo Moga, Pablo García Casado, Luis García Montero, Miguel Florián, Enrique Cabezón, Juan Luis Calbarro, Felipe Benítez Reyes, Juan Antonio Bernier, Javier Almuzara… y un montón de voces hermosas y vivísimas. Lo leo con avidez y me gusta la edición y su contenido, me gusta mucho. Mil gracias a Antonio y a Manuel por contar conmigo en este proyecto. ••• Lo ideal no es humano, porque la calidad de lo humano es lo i

'¡Vamo, vamo, vamo...!'

Cenamos en familia tan divinamente, y mira que no me gustan un pelo estos fastos y sus excesos. Este año, de nuevo, nos acompañaron Youssoph y Malick, que tuvieron el hermoso detalle de regalarnos una paterita plateada llena de mazapanes junto a un par de botellitas para concelebrar. Con ellos, imaginé que la fiesta era otra y me crecieron las sonrisas. A Malick no le había vuelto a ver desde que comenzó a trabajar en Aldeanueva del Camino, y le encontré estupendo, algo más delgado, pero estupendo. Me contó algunos detalles de su trabajo y medimos juntos los problemas de su casa, que no tiene calefacción y la tele solo le pilla ‘La Sexta’ porque no tiene antena [lo solucionaremos en breve], circunstancia que ata un poquito su constante soledad allí, pues aún no ha tenido tiempo de hacer colegas [dice: ‘curro de ocho a ocho, Felipe’]. En todo caso, le encontré muy feliz e ilusionado, lo que a mí también me hace feliz. Youssouph anda aún esperando que se concrete el final de sus papeles,

Buen año, compañeros.

Hoy me como un libro a vuestra salud... y no os preocupéis, que era malo y de edición institucional. ¡Feliz año a todos!

El mundo es un fracaso del hombre.

‘Tenemos que mentir porque sabemos poco y aprendemos mal’, decía Zaratustra desde la mano prodigiosa de Federico Nietzsche. Y es que somos superficiales en esencia, en presencia y en aprendizaje. Nos falta profundidad en todo… y así nos va. De una pincelada somos capaces de imaginar el universo, de inventarlo… y de esa pincela hacemos aserto, y desde ella trabajamos con un falso valor de ‘verdad’. No es serio el hombre, nunca lo ha sido. Solo lúcidas individualidades han sido capaces de profundizar, pero enseguida vieron que hacerlo también suponía un error, pues en lo más profundo siempre quedaba nítida la derrota como pepitas de un material preciado y tan peligroso como la desaparición misma, como la nada. Yo sé poco y aprendo mal, siempre disperso en mil batallas generales y pequeñas, sin minuciosidad alguna, sin darle valor al detalle que compone y pule la idea exacta. Una vida no es suficiente para unos pocos, pero sobra por todos lados para la mayoría… y yo quisiera que no me die

Tu silla será de otro.

Leo la entrada que bajo el título de ‘Notas’ hizo Antonio Gutiérrez Turrión en su Blog el día 20 de diciembre [http://antoniogt.blogspot.com/2007/12/notas.html] y no puedo por menos que felicitarle emocionado por dar en un clavo jodidamente puñetero. Me quedo con su final y lo suscribo letra por letra: “A veces en esto soy tan radical que pienso que habría que prohibir dar clase a quien no tenga hijos que hayan pasado por esas etapas; como me gustaría que fueran psicólogos de familia solo los que tuvieran su casa sosegada. Qué cosas...” . Yo no lo sabría expresar mejor ni con tanto valor [pues el comentario viene desde dentro, desde quien conoce los entresijos de la enseñanza porque vive de ella y vive con ella, desde quien convive a diario con esos/as pequeños sátrapas del submundo enseñatrice]. Ponte de mi parte un ‘progresa adecuadamente’, amigo Antonio. En fin, que no quiero hacerme mala sangre con las diosas solteritas del arte finisecular… ¿para qué?, si no voy a arreglar nada. *