Las claves de lo que me interesa nadan en un espacio absolutamente mío, un espacio que se ha ido conformando exactamente por descartes de objetos, sentimientos, actividades y personas. Siempre pensé que el hombre debe empezar a interesarse por crear su espacio con pasión justo cuando comienza a sentir los síntomas del descenso, que llega cuando comienzas a sentir que tus potencias desaparecen poco a poco y todo en ti se va volviendo óxido. La vida desde ese punto puede empezar a verse como un regalo o como un infierno… tú lo determinas, tú y nadie más. Yo empecé a sentirme en el descenso justo cuando tuve que dejar de practicar basket por orden facultativa [mis iones potasio no se recuperaban después del esfuerzo y eso me procuraba una especie de “mal de altura” bastante difícil de llevar con aquellas palizas físicas diarias que me metía entre pecho y espalda]… después fueron llegando los pequeños dolorcillos [la eterna lesión de mi rodilla derecha, fruto de los malos entrenamientos], ...
Bitácora de Luis Felipe Comendador