La fragmentación social está en uno de sus puntos máximos y el momento se muestra extremadamente amargo y con una mirada a futuro que solo promete desesperación para los ciudadanos, todo si nos basamos en tres o cuatro datos reales, como que el partido que debiera hacer políticas de izquierda está poniendo en marcha las más duras políticas neoliberales, circunstancia que nos lleva inexorablemente a dejar el poder en manos de quienes harán políticas aún más duras para el ciudadano, una paradoja que solo tiene sentido si se indica que la izquierda siempre racionaliza su voto y, por tanto, lo usa con verdadero afán democrático, y la derecha tiende a unirlo independientemente del carácter político, extremo o no, de quienes le demandan el voto y de las situaciones reales con capacidad de hacer variar el sentido político de una masa social. Y hay lo que hay, un país dividido en el que siempre son muchos más los que están en una onda reflexiva muy cercana a los postulados verdaderamente demo...