Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero 11, 2009

Nace otra esperanza.

17 de enero de 2009 Son muy pocos días los que separan éste del que di por finalizado mi poemario “Dientes de leche”, y, sin buscarlo –andaba pensando en tres o cuatro editoriales a las que enviar el original, que por fin está ordenado a mi gusto–, acabo de recibir la llamada de Fabio para preguntarme que si me apetece publicarlo con él en “Delirio”, donde ya salió hace unos meses “No pasa nada si a mí no me pasa nada”. Y nace otra esperanza para poder soportar mejor este trago de meses en crisis de casi todo. La posibilidad de ver mi libro impreso me hace absolutamente feliz, sobre todo porque el libro me gusta, porque dice de mí lo que he sido durante los últimos dos años y tiene posibilidad de crecer en el lector. Y me gusta, además, porque Delirio es un sello fresquito, pujante, bien diseñado y muy adaptado al hecho poético que me gusta; porque Fabio está ilusionado en ser y hacerse ese editor que falta en el mercado hispano [ya lo está consiguiendo] y porque me gusta crecer con lo

Contradicciones.

16 de enero de 2009 ¿Qué jodido significado tendrán todas mis contradicciones?... querer decir y esconder a la vez, tener claro el camino a seguir y tomar siempre el otro, entender la muerte y no buscarla... ••• ¿Por qué vacilo cuando no desarrollo pensamientos automáticos? ••• Si Dios existiese realmente... ¿para qué le haría falta el hombre? ••• Cuando permanezco en vigilia es cuando sé que no tengo reputación. ••• Uno es más listo cuando sabe modular su conciencia. ••• ¿Recordar un sueño qué es? ••• El hombre busca para explotar, no para saber... ahí está su problema. ••• El límite de mi conocimiento está escrito en mi muerte. ••• El presente es un continuo que hace existir al pasado y al futuro como verdades virtuales que no pueden ser. ••• Pienso, luego insisto. ••• Soy realmente cada acto que repito más veces. ••• ¿Un buen dolor o un mal placer?

Que mi ego tome el aire.

15 de enero de 2009 Uno termina acostumbrándose a lo que es, a la cara que tiene, a la cadencia de los pasos que da, al carácter blando que le hace un mediocre entre los mediocres, al horror diario de las taras que el tiempo suma al cuerpo... pero un día ves cómo un crío te mira fijamente a los ojos con temor y sientes que tu libertad es realmente poquita y que de verdad sufres con lo que has hecho de ti. Asumirse es importante para vivir mejor, tanto como jugar al olvido de ti. ••• No voy con escritores a beber por ahí, ni soy un genio de mi tiempo, ni tengo editor fijo [y menos un agente literario]... y he llegado a saber hace poquito que no soy un cuchillo de postre ni un alfiler de corbata, que ya es bastante... así qué espero conseguir. ••• No sabes si la gente que te rodea te tiene miedo o se ríe de ti a escondidas... no tienes nada claro si cada gesto de aprecio está hecho del más profundo desprecio o de simple curiosidad... estás hecho un lío con lo tuyo, con el valor de lo tuy

Imagina (II).

14 de enero de 2009 Imagina a un sacerdote que no cree en nada, a un general que duda de sí mismo, a un vagabundo que se ríe de todo [hasta de la vejez y de la muerte], a un interlocutor de mal carácter, a un bailarín al borde el abismo, a un narciso que ama a todo el mundo, a un bromista sangriento deliberadamente miserable, a un poeta que duerme en una silla, a un alquimista de los tiempos modernos, a un revolucionario de bolsillo, a un pequeño burgués, a un charlatán, a un dios, a un inocente, a un aldeano de Santiago de Chile... y subraya la frase que consideres correcta para que lo imaginado se parezca a tu idea de un antipoeta. Imagina un temporal en una taza de té, una mancha de nieve en una roca, un azafate lleno de excrementos humanos como lo cree el padre Salvatierra, un espejo que dice la verdad, un bofetón al rostro del Presidente de la Sociedad de Escritores (Dios lo tenga en su santo reino), una advertencia a los poetas jóvenes, un ataúd a chorro, un ataúd a fuerza centrí

Imagina.

13 de enero de 2009 Imagina que la banca no fuera pérfida y no me hubiera devuelto ayer los seguros sociales, que las instituciones soltaran la gallina cuando deben o que dejaran meterles efectos a descuento, que Hacienda fuese condescendiente y aplazase sin cargas cuando hay apretón hasta que Dios quisiera, que los clientes en quiebra entrasen en un fondo de garantía que salvase las deudas que han dejado hasta el infinito y más allá, que los autónomos tuviéramos derecho a paro o a pillarnos una baja digna... todo demasiado prosaico, ¿verdad?, desde los planteamientos de realidad hasta las soluciones imposibles. Imagina que los hombres incompletos gritasen como lobos durante las horas de descanso y que las mujeres no amadas se lamentasen con gemidos durante las horas de sol... excesivo, ¿verdad? Imagina entonces que escribieras descomponiendo todo orden después de encontrar la cajita de monedas que tu hijo escondió un día entre los calcetines viejos, que los espejos dividieran tu image

Departamento de Filosofía.

12 de enero de 2009 Leo el poema “Departamento de Filosofía”, de H. Magnus Enzensberger, y veo a Julio César tumbado, ya sin dolor, con sus gafas puestas y su antología poética entre las manos [así me describió Jesús esta mañana, embargado de tristeza, la última imagen que le quedó en la retina del amigo esfumado]... No hay duda de que somos inteligentes. Pero lejos de cambiar la faz del mundo, en escena seguimos sacándonos conejos del cerebro, y palomas blancas, bandadas de palomas que invariablemente se cagan en los libros. No hay que ser un Hegel para darse cuenta de que la Razón es a la vez razón y no razón; basta con mirarse en el espejo de bolsillo. Te verás vistiendo una capa azul adornada con estrellas plateadas y una capucha. Celebramos el Congreso hegeliano en el sótano donde están sepultados nuestros colegas, desempacamos nuestras bolas de cristal y nuestros horóscopos, y ponemos manos a la obra; mostramos nuestros peritajes y agitamos nuestro péndulo y nuestros informes de

Bye, Julio César.

11 de enero de 2009 Tomamos unas copas [yo, como siempre que salgo de mí mismo, un chorrito de Havana 7, el zumo de un limón recién exprimido y cola hasta el borde]. PdT estaba lleno de gente de trasnoche mientras la camarera retiraba las empanadillas de la barra... y nosotros hablábamos de Sulle, del bueno de Emilio Pascual [ambos carne de crisis pesetera], del yoísta Dragó, del David Torres más gamberro [y del más ganso] –un besote, David–, de Rómar y de Luisal, de la opción negociera que supone escribir literatura infantil y juvenil, de Madrid en la nieve [si nieva en Madrid, se acaba el mundo... no jodas], del poeta de baja Julio César Navarro [que ayer andaba chungo de verdad.... ¡ánimo, amigo!]... y yo tocaba con mi mano la libreta de escritura que me había regalado por la tarde Marisol... suave... suave... suave... y hasta llegué a sacarla para leer las primeras palabras que escribí en ella : “Sentirte cómodo con tu vulgaridad es estar vencido... La poesía consiste básicamente e