(Desde el poema ‘Subway’, de Juan Cameron) No, padre, no te vayas a detener ahora en la lectura, no estropees las cosas leyendo a los marciales escritores de tu tiempo, y menos a los santos varones que son presa segura de estudiosos para ganarse el pan que no merecen; no me vengas ahora con esas naderías de ‘lo que me he perdido…’, que no tendrás razón. Sigue a tu justo paso, con la mirada puesta en el edén chiquito que se ve desde casa, con las manos seguras dando valor al peso y solidez temprana a mis días azorados. Tú no necesitas leer, padre, pues perderías tu tiempo, y aún te resta camino para atrapar las cosas por tu saber de oficio. Te basta con alzar la mirada para comerte el mundo y entenderlo, y no es asunto tuyo toda esa pantomima de cervantes y lopes, de kunderas o joyces. Podrías ofrecerles a todos esos tontos letraheridos [entre los que me incluyo] el canto más hermoso de las amanecidas con solo alzar tu mano, la solidez magnífica de un gran carácter, la postal siempre ní...
Bitácora de Luis Felipe Comendador