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Mostrando entradas de septiembre 20, 2009

¿Son tan peligrosas las palabras?

En 2007, la Comisión Federal de Comunicaciones norteamericana actuaba contra quien decidiera leer en público el poema “Aullido” de Allen Ginsberg [no sé si aún persiste esa prohibición, que procede de un mandato del FBI dictado en 1956]… D. H. Lawrence sufrió el silencio durante decenios por la presión de los victorianos norteamericanos [y el tipo era un genio de la expresión certera]… “Las flores del mal” de Baudelaire, que contiene piezas verdaderamente geniales, fue sometido a un duro proceso por la justicia francesa en 1857, que censuró sus poemas hasta que pudieron ser rehabilitados en 1949… Quemas de libros por los nazis en la Plaza de la Ópera de Berlín [incluían a Proust, H. G. Wells, Jack London, Thomas Mann… así hasta más de 20.000 volúmenes] que eran reflejo de otras muchas quemas hechas en la historia por ideales políticos nefastos, como la que ordenó Akhenatón en el 1300 antes de Cristo para acabar con el culto a los antiguos dioses, como la que en el 213 antes de Cristo r

Damayantí :: fábulas del descendimiento / 3 ::

Era ya tarde y yo iba con la intención de recogerme en mi casa, después de una larga partida de julepe con Jules, Manzoni y Antoñito de Almeida [amigos viejos y tahúres venidos a menos por sus absurdas aficiones literarias]. La calle estaba como vaciada por la falta de luz y lo alto de la hora, y debo reconocer que sentí cierto temor cuando presentí que alguien caminaba a mi espalada. Decidí detenerme para verificar mis oscuras sensaciones o calmarme. Efectivamente, al cesar mis pasos, otros fueron tomando enfoque en el ambiente enrarecido de la noche. Mi tensión bajó su tono cuando mis ojos anotaron un cuerpo liviano de mujer que se acercaba hasta donde yo me encontraba. Di las buenas noches, pues en mi educación figuran mil marbetes de ese estilo, y la mujer me miró fijamente a los ojos. Era joven y parecía contener esa belleza digna de las mujeres cuidadas. Respondió a mis palabras con un gesto y siguió su camino durante unos metros. Se detuvo. Se volvió hacia mí y me preguntó con

Fantine :: fábulas del descendimiento / 2 ::

Hablando con mi dentista, durante la cura de urgencia de una muela careada, me contó que, hacía unos meses, le había comprado los dientes a una joven madre bellísima, que respondía al nombre de Fantine, que necesitaba con desesperación una cantidad urgente para curar a su hija de una rara enfermedad. En un primer instante no caí en la cuenta, pero cuando andaba saliendo de los efectos del anestésico que el sacamuelas me había suministrado, recordé que en uno de mis viajes a París, mientras compraba pan en Poilâne, una vieja panadería de Rue Cherche Midi, una joven bellísima sin dientes se dirigió a mí para pedirme unas monedas. Le di sin pensarlo algunos francos nuevos. La joven me sonrió y me sorprendió con estas palabras: “señor, no hay como la miseria para hacer resaltar con intensidad la luz más profunda y angustiosa de una persona… y eso es bello”. Me gustaron tanto sus palabras, que le pedí su nombre y lo apunté en mi cuadernito de viaje –se llamaba Fantine–, junto a su bella pré

Franz Moor :: fábulas del descendimiento / 1 ::

Fue mirar a Franz Moor y saber que el rostro encierra toda la ignominia del alma. Ya me lo había avisado Shiller una tarde de octubre en la que nos tomábamos unas tazas de ponche en The Punchbowl, una tabernita de la discreta calle Farm Street, en el barrio de Mayfair londinense: “te asustará conocerlo, Luis, pero es imprescindible que tengas esa experiencia para comprender al personaje orquestal que estoy creando para mi próxima obra, un tipo al que no trataré de forma alguna como un ser humano”. Recuerdo que aquella tarde tuve la impresión de no pisar la tierra firme mientras los ojos de Franz se enfrentaban a los míos. Llovía mansamente y los estorninos se refugiaban en los álamos. [LA INDIFERENCIA :: No implicarse en algo lleva a un estado cabrón desde el que se puede manipular a los demás con desprecio, cinismo e indiferencia, pues quienes no se implican, se autositúan fuera de cualquier escenario para manejar a los personajes que lo habitan. El tipo indiferente jamás tendrá senti

La existencia se paga siempre al contado.

La existencia se paga siempre al contado, por eso es fundamental creer en ti mismo para no terminar siendo el hombre dócil que buscan en ti quienes manejan los manillares del mundo. A pesar de que lo que nos enseñan es que un hombre tiene muy poquito que decir en toda su vida, debemos saber encontrar con nuestra mirada a esos tipos que actúan sin principios con el fin de agotarnos, a los respetables sociales que realmente son los más deleznables del corral, a quienes pretenden que caminemos como corderitos hacia lo vulgar, a quienes buscan que nos sintamos desesperados para que realmente estemos desesperados, a aquellos a los que les va a costar más morir porque lo tienen todo… para la existencia no hay crédito que valga, ni palabras que la aminoren o la calmen… existir es constatar el latido y seguirlo, dar el paso sin mirar la huella y completarse en lo que siempre será incompleto. Olvidad las certezas y dejaros mojar por esa lluvia lenta de la duda, hacedla vuestra, que empape los r

Bordar sobre las tardes como un obrero de la construcción.

Bordar sobre las tardes como un obrero de la construcción, intentando agotar el ovillo o cansar a las manos… recogerse en un cuenco de carne y bañarse en tintura de yodo como una ictericia… robar papeles usados de los escritorios… contar mis pestañeos por minuto… descubrir a mis padres para amarlos mejor… tensar los músculos como en un coito largo… discernir entre el tonto y el tonto… no ser de nada en concreto y seguir siendo de todo… tocarme el sexo blando para sentirlo exacto en su cúpula crema… rociar de esperanza cada día que llegue… comer algo… abotonar camisas, pantalones, chaquetas [y desabotonarlos]… compilar labios claros que besaron un día… rugir de ardor si llueve… bostezar si amanece… dormir con piel al lado… respirar… abrir una cerveza y beberla de un trago… vomitar, si es preciso, todo lo que me altere… no pensar en la muerte y pensar en la muerte… hacer sexo sentado… una ducha caliente con gel barato… un lavado de boca para ahuyentar palabras que ya dije y quedaron trab

Otra vez los hijos de puta anónimos...

NOTA PARA VISITANTES Desde que Alejo Riñones sacara a la luz el “curioso asunto” Voces del Extremo, he empezado a recibir una serie de comentarios anónimos o con nombres falsos e inidentificables en este blog. Dichos comentarios contienen insultos de todo tipo, deseos turbios hacia mi persona [el último, como ejemplo de las lindezas recibidas, dice que “sólo te salvaría que aparecieras un día colgado”] y amenazas graves, circunstancia por la que he decidido que solo podrán comentar las personas que tengan cuenta Google, para así poder identificarlas. Si esta persecución anónima continúa, tomaré todas las medidas legales que me amparen. ••• Hacer algo en Béjar es francamente complicado y siempre te dejas piel en cada uno de los asuntos que acometes, y más ahora, que existen medios de carácter local en la red que permiten sin sonrojo el comentario anónimo [la más cobarde de las formas de agredir que se conocen]… el caso es que a uno se le va acabando el aire y piensa en desistir. Hoy qui