Me lo prometió hace ya más de una año y lo ha cumplido a pies juntillas. Sí señor, Maite Iglesias es una mujer de palabra. Me dijo entonces: ‘un día iré a Béjar, te pediré fuego y no me reconocerás’. Y lo hizo la puñetera, y confieso que no la reconocí al primer instante, aunque mi mente procesó rapidito y me quedé absolutamente patidifuso, casi sin habla y sin esa capacidad de reacción que tantas veces me ha hecho falta y no ha querido acompañarme jamás. Le hice una foto rápida, me dijo que andaba con unos amigos y que se alojaba en La Casa Inglesa, y desapareció… y yo permanecí sin habla como veinte minutos. Cuando reaccioné, la busqué con los ojos para charlar tranquilos y tomarnos algo, pero no fui capaz de volver a enfocarla entre el gentío. En fin, que soy un desastre para recibir amigos y ya está, un puto desastre de mierda [hoy llamé varias veces a La Casa Inglesa, pero sin obtener respuesta]. Mil perdones por mi desatención, Maite guapa. A ver si hay suerte esta noche y coinci...
Bitácora de Luis Felipe Comendador