
Ya soy de porcelana, y apenas me siento distinto que ayer, pero he dado mis átomos a la severidad y espero la cosecha que ha de venir, y lo hago posado sobre el mueblecito de mi vida anterior [mala madera, sí].
Y sí que os veo de otra forma [yo, que soy ahora solo forma]… agotados de insanía y temores absurdos, llenos de mil dobleces y de mala intención, presos de una moral y prostituidos en otra, podridos por la envidia y empeñados en hacer daño como peor os venga, lívidos por aparentar, esclavos de la murmuración, pensando ser la trampa del que se busca libre… me dais lástima [solo esa lástima que pueden sentir los objetos como yo] porque jamás sabréis degustar las fresas calientes recién cortadas ni obtendréis serenidad con un beso en otoño. No tenéis la vergüenza de salir a los quites del mundo y de abrazar al amigo, pero sentís que sois tierra yerma y quisierais bien adentro que alguien os acogiera sin haceros la cuenta.
Ahora valgo más que vosotros, porque no tengo vísceras y mi ser casi pétreo admite sobrepujas en las casas de empeño y en algunas subastas… y me basta la lluvia si me quiere caer o decide llenarme, y me basta el visillo que difumina el mundo, y me basta hasta el polvo que se posa en mis curvas.
Ahora os veo títeres, mientras las estaciones hacen gestión de nubes sin teneros en cuenta.
Ahora sé que tenéis la ternura de la hiena hacia la carne podre… pero ya no me importa. Mi calidad de objeto os hace más efímeros.
•••

Volvió el gran jefe blanco y me tornó en humano de nuevo [jo, qué lástima] y me dejó sin comer y sin resuello, medio tirado con este puñetero cansancio mío colgado de los hombros. Atento a sus mandatos, maqueté, pasé pruebas, tiré y retiré las páginas de una revista nueva y bien manipulado se lo puse en la mesa donde comía distante. Apenas me miró y dijo un ‘está bien’ que me llevó a hacer cuentas para pasar factura: 14 horas de curro, 86 super A3 de pruebas, 1.000 impresiones digitales en arte final, alzado, hendido, cosido y rapizado… todo a la puta carrera y a deshora [que no pude ir a buscar a Guille ni hacerle la comida, que no pude hacer las camas ni tumbarme los cinco minutillos de sofá a las 2:45 p.m.].
Y se me acabó, como ya he dicho, mi ser de porcelana… y veo ahora a la gente con ese difumino de la carne, y mis palabras de porcelana hacia ellos se vuelven a hacer menos tajantes, más humanas y, por tanto, menos nítidas.
•••

Si me vieras caminando tranquilamente
y en mi cara presintieras armonía,
ten por seguro que me siento bien,
que sigo luchando por dentro
y que no me he rendido aún.
Sabrás entonces que todavía puedo hacer promesas
y que pienso cumplir cada una de ellas
hasta que no pueda más.
Si me vieras caminando tranquilo,
apuesta que he salido a comerme el mundo
a pesar de los imponderables de los hombres
y que pienso lograr todo lo que me proponga.
Si me vieras detenido en un cruce,
no dudes de que seguiré adelante
justo por donde me indique mi intuición,
y que llegaré a otro cruce, y a otro…
Si dudas de mí, te estás equivocando, amigo.
Gastaré la suela de mis zapatos
y sangrarán mis pies,
me quedaré sin saliva,
me sentiré agotado…
pero siempre seguiré mi camino.
© lf comendador 2008
•••

Nada, que a eso de las cuatro me vino un hambre de canciones y escribí la que antecede a estas palabras pensando en Bob y en Leonard tanto como en mí mismo, una canción tan Ítaca y tan cercana a mi sentimiento general, que no necesita trabajarse conceptos extraños y buscarse en formas académicas.
La escribí y me sentí bien, de puta madre, como si estuviera en el año 76 sentado en la Plaza Mayor de Salamanca desnudando mujeres con la mirada junto a mi llorado amigo Juanito Montero… entonces fue cuando decidimos ambos ponernos en el camino hasta que él se hartó y yo continué solo.
Siempre seguiré en el camino, siempre.
tu figura de porcelana azul brilla como si tuviera vida propia y es que la luz que entra por detrás del visillo del dormitorio le da de lleno, parece que la luz sale también de dentro.
ResponderEliminarte he colocado ahí, justo en ese lugar donde siempre estuvo el cofre negro con dibujos japoneses, sí, el de la muñequita de ballet que tiene música si le das cuerda y baila... baila, no ha parado de bailar desde que era pequeña.
pero ahora está tu figura,
de porcelana
azul
y me siento más acompañada.
p.d: espero que no te incomoden las tonterías que me salen después de leer tus textos... tienen algo de mágico tus palabras o tal vez soy yo la que quiere ver magia en algunas cosas... sea lo que sea siempre es bueno provocar sensaciones porque es como insuflar vida.
biquiños,
y gracias.
Injusto con sus emociones
ResponderEliminarYo no creo que el poeta sea injusto con sus emociones
porque las explote. Más bien
frente a éstas actúa con miedo y pudor,
celoso y confiado en que las palabras harán el resto,
sabiendo que más allá del limitado poder de lenguaje
querer abarcar lo inexpresable conlleva
derrota y humillación. Fuera de las palabras
no hay otro mundo que el que ellas invocan.
Y así sucede con la experiencia,
la cual, para afirmarse, solicita más y más contención
Y pide al espíritu complicidad con las cosas
para corregir en el poema
todo defecto producido por abundancia o repetición
O por la inmodestia de quien,
por el hecho de haberlo escrito,
se siente poseído por la vanidad
de considerarse su autor.
Es hermosa la idea de vivir
ResponderEliminarel momento, el instante, sin pensar
en lo que queda atrás ni en lo que luego ha de ocurrirnos a nosotros. Pienso que ese es un planteamiento de la vida sano, brillante, positivo, cierto...
Pero a veces el mundo nos enfrenta
con situaciones en que no es tan fácil cerrar los ojos y dejar que el propio transcurso de las cosas nos enseñe el camino a seguir...
y en esos casos se impone hacer un alto y meditar,pensar las consecuencias de una forma u otra de proseguir, para nosotros,
pero también para los que queremos.