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Se acercan elecciones...


Se acercan elecciones y parece que el pescado está vendido y nos vamos a poner en manos de un perdedor endémico que no enseña sus cartas... y es que estas elecciones ofrecen solo candidatos mediocres, precisamente ahora, que se necesitaban tipos con arrestos y convicciones para dar los giros precisos a esta religión del dinero en la que nos hemos metido. Yo, sinceramente, no tengo a quién votar, pues el último gobierno socialista ha entrado al juego conservador, practicándolo como un desatino, y se ha dejado en manos de la gabachería rusticana y de la interesada Merkel... Izquierda Unida –que entiende la izquierda como le sale de sus reales y está menos de unida que un par de divorciados– desafora a sus votantes haciéndole el juego a los conservadores (ya lo ha hecho dos veces)... la opción de Rosa Díez me parece pérfida, porque Rosa Díez me parece pérfida... el PP es más –o mucho más– de lo que ha habido, por mucho que se empeñen sus votantes en su potencial salvapatrias... y las opciones nacionalistas siempre me han parecido retrógradas.
Así que me queda el voto en blanco o no ir a votar, cosa que no pienso hacer, pues siempre defendí el valor del voto, aunque hasta ahora sea solo un valor depauperado por quienes dirigen el sistema. 
Y analizando el voto en blanco, la verdad es que, con la jodida Ley d’Hont, es un voto perdido y hasta puede que sea desafortunado si hay una gran cantidad de votantes en blanco, ya que la mentada ley haría que los partidos mayoritarios sacasen más escaños en detrimento de los partidos menos votados. Su único valor es el de ‘protesta’, ya que una cantidad alta de votos en blanco significaría una crítica directa al sistema y a quienes nos representan. 
Así que lo que me queda es hacerme apátrida o luxemburgués (que es otra forma de burguesía... burguesía de lux)... o ciscarme en todo lo que se mueve... o leerme el informe del BBVA para 2012 (una pasada por la derecha)... o seguir en esta linde de infortunio constante, una linde en la que se me castiga por fumador, por autónomo, por padre de familia, por rojo, por imbécil, por moverme y por permanecer quieto... una linde en la que se me supone un ciudadano, un votante y un contribuyente para que a los polimilis del Estado les salgan sus jodidas cuentas.
Y, mientras, la masa empresarial y obrera productiva decrece, pero tiene que seguir sosteniendo las pensiones de unos ancianos que cada día son más y viven más, a una masa funcionarial que cobra siempre y todo, a un sistema sanitario y de seguridad social que se come a la madre, a un sistema de enseñanza que hace aguas por donde se le mire y a unos políticos y banqueros que tienen sus salarios y pensiones blindados de pro vida y de por muerte.
¿Cuándo cojones vamos a salir a la calle?... ¿cuándo?

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