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notas de mi cuaderno de julio (3)




Mi tiempo personal se ha convertido en una constante humillación ante el trabajo... ¿por qué esta destrucción de un hombre con ganas?
Tendemos a creer que nuestros defectos son virtudes por originalidad... ¡Imbéciles!
Esperar algo de los demás acabará siempre en ruina... el futuro personal hay que trabajárselo en privado.
La única razón para ser algo cautos es no saber cuándo vamos a morir... qué tontería.
Hace días que no veo al bueno de Arturo por la Plaza Mayor... ¿qué será de él?
Creo que cuando soy feliz es porque tomo consciencia de lo que me falta... y no me importa.
De esta crisis europea puedo decir que lo mejor que he aprendido es que, si no quieres hacerlo, no hace falta pagar... pero para que salga bien el asunto, debemos hacerlo todos a la vez.
Fraternidad humana.... menuda entelequia.
Dar ilusión a mi alrededor es un magnífico trabajo... ilusionista, eso es lo que quiero ser de mayor.
Un buen poema siempre nace de otros buenos poemas que han vivido el mismo tiempo.
Lo que más me cuesta es escribir con precisión... me resulta realmente jodido.
Un hombre debiera empezar a estudiar a partir de los treinta años... en el tiempo anterior todo se queda en la provisionalidad.
El primer contacto entre dos personas va mediado siempre por la desigualdad.
Me conformaría con tener un buen lector, un solo buen lector, mientras duren mis letras... lo demás me toca los cojones.
“Y un día, tú ya libre de la mentira de ellos, me buscarás. Entonces ... ¿qué va a decirte un muerto?” (hoy leí a Luis Cernuda).

Comentarios

  1. Me recuerdas a ese personaje de Kundera que era médico y trabajaba de limpiacristales, creo que "La insoportable levedad del ser". No pierdes tu genio ni tu humor, Milú, siempre igual, lo cual me encanta.
    Un beso,

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