Se veía venir y juro que lo he dicho en esta bitácora por activa y por pasiva… pero lo peor es que seguirá sucediendo… primero como un goteo y luego como un manantial… y no me gusta, no me gusta nada, pero las circunstancias buscadas por el esbirro del capital llevan inexorablemente a la sangre, porque el hombre de la calle ya está en su límite, lo han llevado a su límite y siguen tensando la soga sin temor… y eso es lo que les hace falta, comenzar a sentir temor, salir a la calle mirando a todos lados sabiendo que el hombre de la calle está harto y puede estallar en ira en cualquier instante… lo mismo eso les hace cambiar y ponerse de una vez del lado de quien debieran haber estado siempre.
No es bonito que se empiece a asesinar a personas con representación política (aunque se lo busquen con cada una de sus respiraciones), pero tampoco es bonito ver caer a gente normal desde el balcón de su casa (ya son muchos los que han caído, aunque los medios y las fuerzas públicas tengan la directiva de no informar de ello)… y debieran pensarlo tranquilamente y comenzar a tomar medidas, debieran hacer gestos nuevos que no abran más la herida de lo que está.
En caliente, con el cadáver cerca, todo se volvió espanto, admiración postmortem y palabras huecas… pero a las pocas horas ya empezó a correr el curriculum tremendo y lascivo de la víctima… y enseguida comenzó a glebarse la gente en sus comentarios de red… es triste ver cómo se está tratando todo esto, con qué escarnio responden el dolido y el doliente… pero también es triste que ninguno de los prebostes de la opinión sea capaz de sacar en página dos las conclusiones que todos tenemos en la cabeza. Esto no es una violencia aislada ni el fruto de una locura fugaz… esto es fruto de la hartura, de una hartura colectiva e individual que viene de años de robos y violencias de despachito y salón, de escándalos tras escándalos, de más ruina para el pobre y más riqueza para el rico… y todos, cada uno, podemos tener un mal minuto, un minuto torcido en el que veamos claro que se les puede quitar lo que más quieren (aunque no lo pongan jamás en valor)… y por eso deben sentir temor y trabajar para que todo vuelva a los caminos de la dignidad universal tan necesaria.
El dinero y el poder no son nada si ya eres un túmulo con flores.
Dios nos pille confesados (si es que existe).
Como casi siempre, las palabras justas que me hacen pensar en cuánto tengo que aprender para expresar mis pensamientos y plasmarlos en una hoja en blanco.
ResponderEliminarGracias "profe".