Ayer, mientras veía un documental de Greenpace sobre la Antártida, una de las personas que participaban, refiriéndose a una alta reunión de ministros de los países del primer mundo, dijo algo así como: ‘…mientras hablaron de cambio climático y de la necesidad de hacer algo, parecía que todos estaban de acuerdo, hasta que se hizo un silencio y comenzó la política. Entonces el acuerdo se rompió sin más, sin explicaciones de cada voto negativo’. ‘Hasta que comenzó la política…’. Y es que padecemos una casta de políticos infames a nivel global que está sostenida por las grandes compañías, por la banca, por las farmacéuticas, por los sátrapas del petróleo y la pesca a gran escala… Los votamos en un acto de pretendida democracia y jamás sirven a los intereses generales, que siempre debieran ser intereses humanistas, pues tan solo lo hacen en favor de quienes mueven los hilos económicos mientras ‘descartan’ a más de medio mundo y explotan al otro medio. Me parece insultante su desprecio a la vida y su desprecio al futuro de nuestros hijos, su ardoroso aprecio al dinero y su desmedida ambición de poder. Ellos consiguen cada día que el hombre sea una de las opciones más dañinas del planeta…, pero nos conformamos, estamos como anquilosados mientras miles de personas grises y olvidadas mueren por hambre, por sed, por enfermedad, por desidia y abandono… Y todo por su jodido interés individual y su terrible calidad de esbirros del dinero.
Yo últimamente siento que votarlos es engañarme a mí mismo, que participar en su modelo de sociedad me hace un cómplice callado de sus barbaridades…, pero también siento bien adentro que debo hacer algo para intentar que cierta dignidad se pose en mi nuca y me acune para intentar quitarme de encima este durísimo sentimiento de culpa que me abate.
Soy radical con mis ideas y ya casi con mis hechos, y solo pido que esas ganas de radicalidad os llegué como un tsunami y empecéis a pensar, que de la razón elaborada habrán de llegar los hechos. Despertad de esta siesta infame, coño. ¡Despertad!
Había pensado no votar en las próximas elecciones, todos me defraudan, pero, ante el crecimiento de unos grupos extremistas que giran siempre a la diestra, me temo que no me quedará más remedio.
ResponderEliminarUna vez despiertos si no escribes igual nos volvemos a dormir...tú verás...
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