- Somos lo que expresamos, lo que late y lo simulado.
- Los hombres decimos que matamos el tiempo para engañarnos de la verdad, que es que el tiempo nos está matando (recuerdo esto de una sentencia de Cioran que leí hace mucho).
- Si es cierto eso de que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, ese tal Dios no debe ser muy buena gente.
- Siento que la filosofía es rígida... por eso prefiero la poesía.
- Me asombra que el hombre de hoy esté aprendiendo a mezclar lo inmezclable... que haya hombres homosexuales y cristianos, socialistas y nacionalistas, anarquistas con militancia mística en una religión oriental... ¡la hostia!
- Las verdades absolutas llevan a fracasos absolutos.
- La clave consiste en mantener viva la capacidad de asombro.
- Hay una dimensión del hombre que me fascina... ésa que consiste en defender una razón y hacer exactamente lo contrario [recordar para un artículo largo].
- La mejor actitud ante la muerte es que no te importe.
- De Guillermo: “El trabajo de clase ha salido bien, papi... sobre todo porque en el grupo esta vez no había chicas”.
- Interpretar un hecho a veces emancipa y a veces encadena, pero no interpretarlo siempre supone sometimiento.
- “Donde crece el peligro crece también la salvación” (Hölderlin).
- A veces me gustaría ser un líder político latinoamericano y ensayar el socialismo en el que creo... aún percibo que allí sería posible.
- Resignarse es una mierda.
- Seducir... me encanta.
- ¿Cuándo se enterará el personal de que el pensamiento es un producto del cuerpo? Cambiarían muchas cosas.
- Se vota más contra algo que por algo.
- La estética de quien busca avergonzar a quien no esté en ella, nunca sirve.
- La democracia es el medio de dominación de millones de individualistas mal trazados, y consumidores compulsivos, que piden cada día más igualdad, aunque no se prestan a ella si no es para igualarse con el otro por arriba.
Viendo los sucesos trágicos que atraviesan el mundo del hombre en estos días, me apetece dejar una breve reflexión sobre ello para que no me quede la vergüenza propia de haberme callado… Las religiones son profundamente dañinas en lo individual y en lo colectivo, en lo cercano y en lo lejano. Siempre basadas en el miedo, en el temor, en la búsqueda constante de un estado de tristeza marcado a fuego en todas sus pautas morales, dirigistas, sometedoras de pensamiento, acodadas con fuerza al dinero y a los grupos de poder que emponzoñan las sociedades desde hace siglos… Por ello, no es peor un cristiano que un judío o un islamista, que son todos malos de raíz, perversos y fieros estabuladores de grupos humanos… Ordenan el odio y la agresión, las más bajas pasiones y la aniquilación de quienes no comulgan con sus mandatos morales. En periodos de paz penetran sibilinamente en las conciencias y procuran que en los poderes políticos y económicos estén sus fieles ordenándolo todo a su ex...
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