- Por la democracia, el poder del pueblo se convierte en el poder de los mercaderes... ¿esto qué es?
- “Ya vamos a poder ponernos todos lo trajes que nos regalen” [oído a una interventora del PP durante la jornada electoral].
- Tengo que hacer una breve cromatografía del desprecio... ayer no pude mirar a los ojos a una mujer que pedía con un vasito.
- Esta democracia no me sirve... siempre ganan los que yo no quiero que ganen.
- La revolución precisa un tono bajo mantenido antes que mil gritos desgarrados en un instante.
- ¿Cómo puedo curarme de lo burgués que llevo?
- Lo más jodido es el silencio de quien tienes al lado.
- No me lo cuentes... empieza a trabajar por el ahora.
- No obedezcas... piensa y ponte en marcha.
- La política siempre camina hacia la opresión, sea la que sea... y es triste que lo escriba yo a estas alturas.
- La desobediencia civil es un derecho de todo hombre y un deber ante cualquier opresión.
- El precio de esta crisis es la necesidad. Siente necesidad del otro y no del dinero del otro.
- Cada día debo intentar dejar alguna señal pequeña... es una obligación conmigo mismo y con quienes sufren desigualdad.
- El verdadero peligro es no querer ponerse en peligro... debemos actuar para que las nuevas generaciones no padezcan nuestra cobardía.
- Nos engañan con anécdotas.
- “El problema soy yo” [lo dijo mi querido amigo C. en una comida de trabajo].
- “La derecha nos salvará de esta pandilla de inútiles” [escuchado a un anciano durante la última jornada electoral].
- España necesita volver a pasar hambre... es triste.
- Ahora es el momento de intentar ser otra cosa.
- “El futuro es la trampa, la verdadera trampa” [dicho por Agustín García Calvo en Sol].
- El dinero es solo un acuerdo unánime de valor. Rompamos el acuerdo.
Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t
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