Ir al contenido principal

¿Y ahora qué?...

Golondrinas en la Calle Mayor de Béjar.

¿Y ahora qué?... y yo qué sé... a seguir viviendo en lo particular y a intentar permanecer implicado en el necesario cambio social, político y económico que se precisa para que esto tome los cauces correctos; a perseverar en buscar un trazado ideológico a ‘la cosa’ que se sostenga en un nuevo sistema filosófico bien armado... pero no a sentarse a esperar, nunca, jamás.
El Partido Socialista ha sido castigado duramente por practicar políticas neoliberales y, paradójicamente, se han llevado el gato al agua los neoliberales y, por ende, la derecha radical [definamos el neoliberalismo para que quede claro... y no es más que un neologismo referente a una política económica empeñada en enfatizar todo lo tecnocrático y macroeconómico, reduciendo a la nada la intervención de los estados en materias económicas y sociales y defendiendo con uñas y dientes el mercado libre capitalista como único garante del equilibrio institucional y del crecimiento económico desde una sospechosísima ambigüedad ideológica], que no son otros que los verdaderos responsables de la actual crisis.
Así las cosas, por una parte es perfectamente entendible que el ciudadano con planteamientos y posos progresistas se haya sentido profundamente defraudado y le haya retirado el voto a quien ha protagonizado lo que se podría denominar con ‘traición ideológica’, pero por otra parte resulta paradójico que ese enfado haya llevado a poner el poder en manos de quienes verdaderamente representan esa opción de ‘pensamiento único’ y la llevan a efecto sin pudor alguno.
El problema es verdaderamente peliagudo y la culpa debe caer inexorable sobre la clase política adocenada e incapaz de responder con decisiones a la voluntad del ciudadano votante... porque hay que decir claramente que el votante de izquierda (y el progresista, que muchas veces no es el mismo) es un individuo capaz de racionalizar su voto hasta el punto de asumir la pérdida poder para propiciar con ello la búsqueda de nuevos caminos y nuevos líderes.
La responsabilidad de la izquierda es ahora la de refundarse bajo una ideología acorde a las necesidades de los ciudadanos, depurar a quienes han sido responsables del caos imperante y poner nuevas ideas sobre la mesa y nuevos hombres para defenderlas y desarrollarlas... y aquí es donde entra el último movimiento ciudadano de Sol y ahora es cuando se precisa de la implicación intelectual y filosófica de quienes deben armar nuevas bases y nuevos argumentos.
¿Hacia dónde iremos?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

RAP PARA MARIO

RAP PARA MARIO No sé cómo explicarte lo que siento Ahora que estoy de lleno en mi descenso Y esto se acaba, Yo sé que esto se acaba Y no quiero marcharme dejándote una nada. Rapeo por si acaso no te gusta Leerte en mi diario y si te asusta Que en versos ajustados a la norma Tengas que conocerme. De esta forma, Que es más de calle trece que la mía, Voy a contarte, Mario, lo que un día Hiciste de este tipo desastrado, A veces caprichoso y a veces desbordado: Yo era feliz sin más, o eso creía, Dejándome llevar por la poesía, Sabiendo que era falso casi todo Y riéndome, sin más. Era mi modo Jugar a ser bufón y, entre los popes, Decir las cosas claras. Hubo golpes, Que todo hay que decirlo, golpes bajos, Que supe digerir. En mis legajos De aquellos tiempos quedaron escritos Palabra por palabra y muchos gritos. También triunfé, que no todo fue malo Y di algún que otro palo.   ¡Que bueno!   Pasados unos años, Jugando a ser oveja en el rebaño, Dejé una vida hecha, o eso creía, Hijos, un curro

SER COMPETITIVOS