Ir al contenido principal

"Música para atravesar los tunéoles"

Ese futuro del que tanto habláis acabará matándonos a todos.

"MÚSICA PARA ATRAVESAR LOS TUNÉOLES"

Tuneo de lectura sobre "Música para atravesar los túneles", de Hugo Izarra

Realizado sobre un cuadernito "PaperBlanks" en su formato original.

Digitalizado y tratado para este blog el día 26 de noviembre de 2011.


NOTA DE LF

Este trabajo es fruto de dos meses ininterrumpidos de lectura de "Música para atravesar los túneles", de Hugo Izarra, con la intención de realizar un diario gráfico de lectura que se mezclase con el diario de vida durante ese mismo tiempo. Durante todo el proceso he conseguido rematar 200 dibujos rápidos, impulsivos, urgentes... que conforman en su conjunto un cuadro de mi estado de ánimo en compañía del libro, un libro duro y sincero, lleno de heridas abiertas.
He seleccionado una cuarta parte de esos dibujos para esta entrada con el fin de compartir, con quien decida detenerse en ellos, un ratito mis sensaciones gráficas.

Gracias a Hugo Izarra por el hermoso regalo que ha supuesto para mí cada uno de sus poemas.


"¿Qué importa dónde quepan todas esas malditas cosas, decía, si nadie vendrá a recogerlas?... Quemadlas. Quemadlas"

"Todas las mentiras, las más grandes y también las más pequeñas, acaban cayendo siempre por su peso".

"... y dormir encogido en posición fetal con el dedo pulgar sobre la lengua".

"Supongo que sí".

"Has hecho de esto un lamento perpetuo, no puede ser que todo lo que escribas acabe en muerte".

"Las enfermeras no tienen la culpa, pero te llaman catorce-dos".

"Ponte las gafas para leer".

"Hay malas caras en la sala de espera".

"La rigidez es el síntoma".

"¿Para qué?.

"Todas las cosas nos echan de menos cuando nos morimos".

"Dios le puso al hombre un corazón para rompérselo".

"Era como no estar solo".

"Me acuerdo de Yaki, el oso amarillo".

"Aquí, entre madres y esposas amantísimas..."

"Desinfectad antes vuestros regalos".

"Hijo mío, qué piernas tan blancas tienes".

"Todavía queda tinta para escribir un poema corto".

"La llevaron a morir a La Merced, que es un desguace..."

"Hay una muerte para cada uno".

"El hombre en la silla de ruedas culpaba a su mujer de cada cosa".

"Hay un hombre joven frente a mí".

"¿Qué va a ser ahora de nosotros?".

"Tirarán las fotos, se quedarán con lo que pueda servir". (A Montxo Armendáriz)

"Quítese la chaqueta y todos los objetos metálicos...".

"Aquí, donde las mujeres con peluca absorben infusiones contra el cáncer".

"Las enfermeras nos observan...".

"La vida acaba todos los días".

"Eso es la justicia".

"Se puede respirar tristeza".

"Triste y larga como la vida de los dictadores".

"Escondamos para siempre todos los termómetros".

"He puesto una silla frente a la ventana".

"Trabajo en el libreto del musical Meningitis".

"Yo siempre quise tener un iPod". (A Miguel Núñez).

"Iba a cuidarla por las noches".

"... dos ojos para verse envejecer en el espejo".

"Llegaré tarde al trabajo".

"Piso un charco, dos charcos".

"Tiene cáncer gástrico, pero todavía no lo sabe".

"Soy un rebelde".

"¡Es TAAAN injusto!".

"El cáncer ha empezado a comerse sus recuerdos".

"Ponte las gafas para leer".

"Es lunes, pronto serán las once".

"La lluvia les recuerda un poco al mar".

"Al otro barrio".

"Las horas se conducen con parsimonia".

"Recuerdo monjas blancas..."

"Doctor, cuando me enamoro no puedo escribir"..

"Al borde de las zanjas".

"El hombre tuerto miraba desde el balcón el océano Atlántico".

"Llueve".

"A la muerte le apasionan los valientes, pero la mayor parte del tiempo se conforma con los  cobardes".
A Hugo Izarra

LFC

Comentarios

  1. Si yo fuese Pep Carrió, o como se llame, estaría llorando ahora mismo. Y si fuese Hugo Izarra, también.

    Gracias, amigo.
    Gracias.

    ResponderEliminar
  2. Un magnífico juego intertextual. Se merece reedición del texto con estas imágenes. Debo reseña.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj