Hoy apenas tenía ganas de salir al foteo, pues la paliza mercadillera de ayer me dejó baldadito y como en estado de astenia... pero me desperté con una luz rabiosa en la ventana y la seguí como un zombi hasta donde quiso... el monte de El Castañar, el camino de los chalets, la pesquera negra, el camino de La Centena y, luego, perdido por los caminos que se iban abriendo a mi paso entre helechos, castaños y robles... pura ebriedad.
Con la desgana, salí con un objetivo corto [que se me quedó corto para las posibilidades del día]... pero eso me ayudó a olvidarme por momentos del juego de instantes y dejarme llevar por la borracherita de colores... hacía un frío del carajo y, también con la prisa zombi, me olvide de llevar ropa de abrigo, así que volví aterido a mi estudio para gozar con las tomas, de las que os dejo algunas para que valoréis la dimensión del paisaje en el vivo.
Qué obscenas son las castañas,
ResponderEliminarcon esa forma de culo-coño.
(Del poemario «Desguaces Beni, Desguaces Beni»)