Ir al contenido principal

Llaveros de hipocampos...




Llaveros de hipocampos, coroneles, chapitas de bebidas con ciclistas, el mar jamás el mar, las mitocondrias recién descubiertitas, recelos, hielo al peso, la Grandisca... fusiles de hojalata con tapones, Mambrú, el colchón de borra, el bombín de la bici en color rojo, la tabla de lavar la ropa sucia, el cubo de carbón, la taba, el tejo, la rubia oxigenada en la revista que aún guardo en un cajón con otras cosas... las mangas regazadas, el cielo de paraguas en septiembre, el cine del domingo, la cartera, las tizas de colores, los cascantes, las manzanas reinetas, los membrillos, el jabón de La Toja, las meriendas, la leche con su nata rebosando, la tahona, el kiosko, la secreta... el balón de correílla, la peonza, el compás en su caja, el flan de huevo, el brasero de cisco, las tortillas, las calzonas con vuelta, los discos Fundador, la baraja de tribus y familias, los Juegos Reunidos, el Meccano, la tristeza en las noches con mi abuela, el santo itinerante, los churreros, las bodas de tres días con largas tornabodas, el siemprecamarero, los suicidas, los cuarenta emigrantes con Mercedes, el tipo de biscúter, los Gordini... todo ese ayer vintage que no fue nada para este hoy tan coltán, sombrío, ciego...
Han vuelto los vencejos.
Nada fluye.

Comentarios

  1. Este hoy tan "coltán" (al diccionario de cabeza...) también se hará recuerdo...(que es una frase obvia y atontá q me acaba de salir, qué quieres que te diga).
    Oye, tesorillo LF, cómo eran los balones de correíllas??

    ResponderEliminar
  2. Este hoy tan "coltán" (al diccionario de cabeza...) también se hará recuerdo...(que es una frase obvia y atontá q me acaba de salir, qué quieres que te diga).
    Oye, tesorillo LF, cómo eran los balones de correíllas??

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj