Hoy soy un tipo peor, más malo, más amargado, más receloso, más cabrón, más acabado... gracias por ello al banco que me agobia cada final de mes, a la Seguridad Social que me clava como si fuera un ladrón, a la Hacienda Pública que me trata como al peor de los delincuentes, al gobierno que me tramita como un autentico defraudador y que en vez de defender derechos que se han ganado montones de generaciones anteriores a la mía, me los roba cada segundo... gracias a los tipos que me hacen cada uno de mis días desagradables, a los que me roban tiempo de vida para que tenga que dedicar todo mi oxígeno a intentar salvar los muebles... gracias a todos los hijos de la gran puta que intentan cada día que sea un amargado sin salida, gracias a los que desean con todas sus fuerzas que me llegue la ruina y que desaparezca entre la mierda que ellos montan entre graznidos... gracias a los que casi han conseguido que no me llegue la poesía, que no pueda casi ni esbozar un dibujo ni una jodida sonrisa, que no pueda dedicar unos minutos a escuchar en paz las canciones que me gustan... muchas gracias... pero tengo cincuentaiséis como treinta y aún no me han vencido, aunque me han dejado el cuerpo entero canoso y un jodido dolor de riñones que a ratitos se hace insoportable... cincuentaiséis como treinta guardando este puñal lascivo que encontrará cualquier día alguna de sus partes blandas, las que más dolor producen... que el viejo F sigue apostado en esta esquina, aterido, sí, pero con toda la energía acumulada en el brazo que asesta para poneros al día de cómo son las lágrimas... de cómo son las jodidas lágrimas... las jodidas lágrimas...
Viendo los sucesos trágicos que atraviesan el mundo del hombre en estos días, me apetece dejar una breve reflexión sobre ello para que no me quede la vergüenza propia de haberme callado… Las religiones son profundamente dañinas en lo individual y en lo colectivo, en lo cercano y en lo lejano. Siempre basadas en el miedo, en el temor, en la búsqueda constante de un estado de tristeza marcado a fuego en todas sus pautas morales, dirigistas, sometedoras de pensamiento, acodadas con fuerza al dinero y a los grupos de poder que emponzoñan las sociedades desde hace siglos… Por ello, no es peor un cristiano que un judío o un islamista, que son todos malos de raíz, perversos y fieros estabuladores de grupos humanos… Ordenan el odio y la agresión, las más bajas pasiones y la aniquilación de quienes no comulgan con sus mandatos morales. En periodos de paz penetran sibilinamente en las conciencias y procuran que en los poderes políticos y económicos estén sus fieles ordenándolo todo a su ex...
¿Has visto 'Dans la Maison', 56er?
ResponderEliminarNo, pero me pongo a ello ya mismo. Abrazos.
EliminarPues no sé, Sr. Comendador, aquí estoy embobá dudando si no le llegó ayer mi comentario cumpleañero, si no le pareció adecuado, o si es, simplemente, su forma de decirme ..adieu!
ResponderEliminarBueno...