Ir al contenido principal

Dios es el dado, no quien lo lanza.

Lanza tu dado y escoge el punto de vista. Nunca verás los mismos números a pesar de que el hecho de su caída es único. Uno de sus números quedará oculto, pues es el que se posa sobre la superficie de apoyo, y ese número lo puedes deducir por justa lógica… o lo puedes imaginar a tu antojo, como quieras, como te venga en gana… Así son los sucesos de la vida, únicos, como el dado lanzado una vez al aire; y así son las percepciones, las valoraciones, que hacemos los hombres, diversas, como los distintos puntos de vista que tomamos para mirar el dado; y así pueden ser el arte, la ciencia o las religiones, como la cara del dado que le sirve de apoyo, la cara oculta.
De esa cara oculta de los sucesos vitales nacen, como he apuntado, el arte, la ciencia y la religión, aunque siempre, por lógica, podamos llegar con exactitud a decir lo que en cada suceso se esconde. Sólo la ciencia contendrá verdad con valor neto, mientras que el arte actuará como una sublimación de la imaginación y la religión como una deformación inducida del misterio.
Y la verdad es, al final, tan sencilla como darle la vuelta al dado y mirar su cara escondida, tan sencillo y simple como eso.
(15:32 horas) Vuelvo a estar tumbado, con el mono de la escritura, pensando en la plaza de Tian’anmen [la “Puerta de la paz celeste”] y en dónde andará aquel chinito con su bolsa y sus dos cojones perfectamente puestos delante de un tanque, pensando en el espíritu de Mao como en el jopo escultural y cercano que se me presentó esta mañana como una visión ante los ojos. Vuelvo a estar como tirado y mirando el mundo desde abajo, y vuelvo a sentirme carne [de mi carne] y huesos entumecidos… Yo necesitaba hoy una mirada virgen [pero lasciva], un charquito donde pisar con ganas, un cigarrito bien cargado de esperanza, una alucinación, un cuerpo y trece tordos buscando dónde posarse.
No sé para qué tengo nueve tarjetas de crédito y esta mirada lánguida, para qué este cuerpo atocinado que fue y no pudo o no supo, para qué esta sensación de tipo madura que está aún por deshacerse, para qué la velocidad de los demás, para qué la jodida eternidad. ¡A la mierda!
(21:22 horas) Hace un par de horas que llegué de trabajar en El Barco de Ávila, exactamente en el hotel Real de Barco. Allí estaba el colega Paco Montero y me acompañó amablemente en una visita guiada por la última fase de obra [se inaugurará el próximo sábado]. Mi impresión es magnífica, tanto del nivel de la obra como del exquisito servicio con el que va a dotar a la zona. Me agradó, sobre todo, ver a muchos bejaranos currando allí con distintas empresas de los más diversos sectores [yo sé que a algunos les molesta, pero está dando curro en condiciones muy dignas a mucha gente que lo necesita] y, a mi humilde forma de ver, haciendo un trabajo de calidad.
Visto el calado de la obra, me afirmo de nuevo en la impresionante capacidad empresarial de mi amigo Paco y en su excelente forma de hacer las cosas.
Jo.
(22:43 horas) Sí, sí, sí… yo necesitaba hoy un amor pequeño, un mohín, una duda en los ojos, una sonrisa breve…
De Tontopoemas ©...


* "Te crees viejo ahora" de Joaquín Carbonell.

Comentarios

  1. Pasas de la critica más hiriente,a la filosofia mas densa sobre la existencia y los impulsos vitales que llevan al arte, y languideces por una mirada, eres un puro contraste.
    Que buscas en realidad?.

    ResponderEliminar
  2. Sobre el hombre del tanque de Tiananmen:
    Poco se sabe de la identidad del hombre. El tabloide británico The Sunday Express afirmó que su nombre es Wang Weilin, un estudiante de 19 años. Sin embargo, la veracidad de esta información es dudosa.
    Hay muchas historias contradictorias sobre lo que le pudo suceder después de estos hechos. En una conferencia al President's Club en 1999, Bruce Herschensohn —antiguo ayudante especial del presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon — indicó que fue ejecutado dos semanas más tarde. Otras fuentes dicen que fue fusilado unas pocos meses después de las protestas de Tiananmen. En El Blues de la China Roja: Mi Largo Marcha desde Mao hasta ahora, Jan Wong afirma que el hombre aún está vivo y escondiéndose en la China continental.
    Una nota de prensa publicada en octubre del 2005 por una testigo ocular del evento, Charlie Cole, una fotógrafa contratada por la revista Newsweek en esa época, afirma que el hombre fue arrestado allí mismo por la Oficina de la Seguridad Pública.
    El gobierno de la República Popular China ha hecho pocas afirmaciones sobre el incidente o la persona implicada. En 1992, en una entrevista con Barbara Walters, al entonces Secretario General del Partido Comunista Jiang Zemin se le preguntó qué fue del hombre. Jiang contestó "Creo que nunca se le mató".
    Nadie se ha preocupado o nadie ha tenido posibilidad de darle la vuelta al dado para ver qué número cayó en este caso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj