Ir al contenido principal

Más metáforas del mundo...




Llevo diez días como hipnotizado por el color y medio atado a una forma de dibujo que había abandonado hace unos meses... apenas escribo, apenas me centro en otra cosa que no sea dejar correr mi pluma a su aire sobre la cartulina blanca satinada que recoge la tinta de una forma mágica [debe ser esa imprimación que le dan en fábrica para que tome con fuerza el polvo caliente de toner]... es como si, cuando inicio una línea, el papel se animase y me marcase el camino... siempre un camino sinuoso, pues no tengo muñeca y tengo menos pulso aún, pero empiezan a surgir imágenes extrañas de corte absolutamente sencillo, y salen sin dificultad, van de la cabeza al papel sin que apenas intervenga la mano... es flipante.
Todo empezó cuando recuperé un dibujo del año pasado para hacer todo el desarrollo estético del programa ‘EQUINOCCIO 2010’, mientras limpiaba imágenes y separaba unidades del dibujo original, empecé a sentir de nuevo ese prurito incontrolable de ponerme a dibujar ‘metáforas del mundo’ [que es como llamaba a esos dibujos cuando comencé a realizarlos hace ya tres o cuatro años]... eran unas ganas inmensas de decir ese ‘no sé qué’ que puebla constantemente mi cabeza, pero haciéndolo con trazos rápidos y sin apenas palabras. Es extraño, pues venía de una temporada larga en la que mis dibujos siempre tenían una base textual y estaban llenos de grafías que a veces hacían decorado y otras veces eran el mismo centro de los dibujos... el caso es que aparecen de pronto, sobre el papel, todos mis monstruos amables, mis obsesiones, mis deseos, mis visiones cercanas o lejanas... todo como en un algo medieval que tiende a compendiar de forma espiral mis formas de ver al hombre en su universo de una manera simple y fácil.
La verdad es que estos días de dibujo me han descargado de toda la tensión que llevaba acumulada por el curro... y eso me hace algo más feliz.



Y que me vino a visitar, junto a Youssouph, Sandra y sus padres, la monería para comérsela que dejo justo aquí debajo en una foto que le tomé rapidín [un cielote]... y que también fotografié a los cernícalos primilla que están montando su nido en el tejado que está frente a mi ventana... ¿qué más puedo pedir?




Comentarios

  1. Sigue sin pedir y encontrarás :)))

    El cambio es notable, para el que sabe mirar con los ojos del alma ;))
    Un abrazo lleno de fe y confianza :))

    ResponderEliminar
  2. Pues que veo en tus dibujos un nosequé cromático especial, como cuando eramos pequeños y buscabamos colores que nos llenaran los ojos e iluminaran la pagina en blanco de nuestra vida. Me animan y me gustan.

    ResponderEliminar
  3. Todo lo que sea cretividad es ta bien formas de expresarse.

    Mucha gente puede escribir pero muy pocos pueden dibujar tan bien como tu lo haces.

    ResponderEliminar
  4. Hey te queria pedir un favor..

    que me linkees en tu barra lateral, igual que yo te tengo linkeado.

    Muchas gracias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj