Me miro por el caleidoscopio de mis hijos y enfoco lo que soy, de dónde vengo, cómo gesticulo, de qué carezco y en qué me puedo explayar... mi hija es exactamente igual que yo, el mismo carácter, la misma sonrisa, el mismo trazo irónico, la misma falta de concentración y el mismito dejarlo todo a medias... y la misma mala leche. Mi Felipe es mis gestos exactísimos y ese yo tan perverso cuando no estoy para nadie [y muchas cosas más que no me apetece contar en estas páginas]... y mi Guille exactamente el niño que fui, la ilusión constante por todo y por todos, la fabulación llevada a sus máximos extremos, la desgana a veces y la obediencia inmediata a quien se debe obedecer, el mundo imaginado y los dibujos, los constantes dibujos en cualquier papelino.
En los tres hay también un trazo lógico que convive con un punto tragicómico de locura espasmódica que sé que me pertenece... y me siento culpable y orgulloso, acojonadito completo por el futuro que les viene a molestar esos trazos genéticos que pueden sumirlos sin más en cualquier derrota... pero confío en el tiempo y en que sepan sacarle jugo al paso... ayer me dijo un amigo que tiene un pariente que educa a sus hijos para ser malos, para ser personas detestables en convivencia, auténticos cabrones... y me comentaba que quizás su pariente los esté educando bien para que tengan una vida cómoda [me lo decía con la boca chica, claro, que le conozco]. Yo no he sabido conseguir que mis hijos sepan sacrificarse, que pongan orden en su vida y en sus estudios, que piensen en hacerse un futuro poco a poco y que se planteen metas cercanas y lejanas... pero creo que son buena gente, que sienten algo por los demás y comparten lo que tienen con quien haga falta, que ayudan si hace falta y a quien haga falta, que se preocupan cuando ven el mundo roto de los hombres y hasta sueltan alguna lágrima ante las tragedias humanas que les rozan [sean pequeñas o grandes]... y eso ya es algo... serán presa de esos cabrones que ahora son crías de fascista, pero nunca dejarán de ser buena gente... lo sé... estoy seguro.
Gracias a JL y a ti por la sorpresa. Ha sido realmente una sorpresa.
ResponderEliminarYa estoy en la edición más definitiva (ya se sabe que definitivo del todo no hay nada en esta vida).
Respira profundo y vive... es un consejo idiota, lo sé.
Abrazotes para los dos.
Guadalupe.
Con la madre que tienen (bueno, y con el padre) no es de extrañar que sean tan buena gente.
ResponderEliminarYo tampoco he conseguido que mi segundo hijo ponga orden en su vida, ni en sus estudios, pero no he perdido la esperanza. Quizás algún día ???.