Ir al contenido principal

Nel, Aisha y esa mujer de la eterna primavera...



Y mientras pensaba en Nel Amaro, se me vino la vida de pronto, con carita de Aisha, para dejarme claro que hay que estar abierto a cada segundo para saber recibir lo que te llega... Aisha me sonreía como queriéndome decir todo lo que queda por hacer... y le hice unas fotos lindas, y la besé como con hambre, y reí de pura felicidad diciéndome adentro que el contraste es la justa energía de la vida... y me puse a pintar, y me salió un cuerpo con corsé... y luego escribí un poquito robándole al singanas cada una de las palabras...



Es primavera y nada a la vez, y un candor me persigue desde el sueño de ese eterno estío que busco como un ave que migra... y necesito su risa para respirarla... y no solo verla... no solo imaginarla...
Hoy es domingo y algo se ha quebrado adentro, pero quedan latidos por gastar y habré de hacerlo con hambre e incluso con toda la lujuria que me quede en las manos, en los ojos, en la boca... pues la vida es una mujer, como la muerte, y solo queda amarla hasta el desastre o el vuelo...
Me apetece un poema...

LA VIDA ES UNA MUJER... COMO LA MUERTE

Tenerte es la pasión;
buscarte...
es ese nervio pánico
que corre entre la frente
y los despojos
como un guepardo inquieto
y hecho al hambre;
saberte es la verdad
de una fe incierta
que busca combustión
en ser un tacto...
y ser para que seas
es lo que hago
justo cada mañana al levantarme.

¿Por qué si eres huida sigo preso?

La vida es una mujer...
como la muerte,
con pechos y caderas poderosas,
con brazos de abrazar,
con ojos vivos
capaces de comer de una mirada,
con muslos infinitos
que saben apretar si la penetras
y un sexo siempre en flor para libarlo...

Yo la adoro, sin más,
y cada día
quiero hacerle el amor...
pero no puedo.

Díme... ¿por qué si eres huida sigo preso?

Comentarios

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj