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De calor, se otravezca el autor con unas cokes


Corra como un sudor leproso y desguarde sin más la lépora del labio... dilátese y se estreche la glotis y se resaque en trago... sepúltese en la ciénaga del cuerpo donde el calor voluta... y luego, en otraveces, repítase hasta el sacio...
Se me va la cabeza de este calor... y me bebo las cokes sin espacio, y me saco las chanclas, y piso el suelo gálibo buscando el frío lúbrico del baldosín balsámico, y siento como un tálamo la curva del tobillo, y hasta me siento sádico pensando en agua helada resbalando en lo pálido... primero en la cabeza, donde el cabello lacio; después del cuello al vientre con convulsivo pánico; luego el miembro y los muslos, deshilados calvarios... las rodillas, las corvas, las canillas de osario y mis pies indescalzos...
Y borrar las ventanas (para borrar los rayos que las penetran sátiros), y apisonarme al suelo para sentirlo álgido... y no pensar en carne macerando un descanso, ni en fluidos golosos, ni en aboyados besos, ni en vaginas abiertas para lo desatado, ni en nalgas amasando desde el vientre hasta el carnero atávico, ni en miradas siquiera... que dan calor mirado.
Me otravezco en las cokes pensando a cada trago en sandías abiertas como piernas de Erato... y me otravezco tanto... que me duele la tripa con borbotones gástricos, y sudo más que antes... y me desmuero un rato.

Comentarios

  1. Pues... otravézcate más porque te ha salido un texto memorable.

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  2. No te encokes tanto, Comendador, que luego no hay Betty Ford que te rescate.

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  3. Jaaaaaaaa. Sta también es buenííísima!
    Besitosss
    -dnc-

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