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La libertad...



Hace un ratito tuve el inmenso honor de dirigir unas palabras a los presentes en el acto público de homenaje a los héroes de la Libertad. Algunos de los asistentes me pidieron que colgase el texto y así lo hago.
Gracias a quienes han entendido que mis palabras podrían ser dignas en esta ocasión, mil gracias.

"No quiero empezar sin mostrar antes mi agradecimiento a quienes me han confiado la palabra en este día tan especial por lo que fue y por lo que habrá de ser, y es por ello que quiero estar a la altura de sus deseos siendo breve, claro y conciso.
Aunque soy de palabras, no soy de discursos, y mucho menos si en ellos he de tratar asuntos de tanto calado como el que hoy nos toca: la libertad... es por ello que intentaré dejar algunas ideas que son asunto monocorde en mi cabeza desde hace años.
Veréis... la libertad, el vocablo y el argumento que encierra, suele verse por todos como un bullicio [podréis comprobarlo cerrando vuestros ojos y repitiendo interiormente la palabra ‘libertad’], pero no deja de ser un infinito campo de cadáveres, un desolado camposanto preñadito de mujeres y hombres que un día sintieron con ímpetu la necesidad de una lucha en la que iban a ser de seguro los más hermosos vencidos... y en ello seguimos, en ser hermosos vencidos con sangre o sin ella, presos de cadenas mediáticas, económicas, políticas, sociales... enfrascados en la peor doble moral que ha conocido la historia del hombre y rodeados de caminos vallados, de normas insoportables, de gabelas constantes y de ojos que no quieren ver... y jamás estuvimos tan lejos de la libertad como ahora, pues nos hemos acomodado a las pequeñas ataduras que nos ha regalado sibilinamente el sistema para tenernos bien sujetos... coches, casas, televisores, teléfonos móviles, ordenadores... todo manejado para el consumo y para el constante anonadamiento, todo puesto ahí para mantenernos adormilados, cuando no muertos en vida... todos pendientes de cuatro créditos para la eternidad, de diez seguros, de mil impuestos directos e indirectos... todos bien educados en el rápido lavado de conciencia mediante esas nuevas caridades a las que se les han puesto nombres como ‘apadrinamiento’, ‘solidaridad’ o ‘cooperación’... todos limpios de mácula y sin querer ‘saber’ en un tiempo de información dirigida y dirigista... todos acomodados en un estatu que es puro equilibrio y que habrá de estallar en el momento menos pensado... y desde esta peana descrita hablamos de ‘libertad’ sin sonrojo y en su nombre permitimos y hasta entendemos los mayores desastres y las más crueles acciones de lesa humanidad... y la libertad es otra cosa, otro asunto más grave y más alto, un asunto que siempre, indefectiblemente, debe ir unido a valores de justicia, igualdad y fraternidad entre los hombres... pero lo hemos cambiado todo por un espejismo llamado ‘futuro’, y confiados en su probable existencia, como en la de un dios grande y omnipotente, nos llenamos de cosas y ponemos frontera sobre frontera, muro sobre muro... y acumulamos a sabiendas de que lo que nos sobra, que es muchísimo, podría suponer la esperanza de una vida digna para muchos otros... y seguimos acumulando en ese gesto miserable al que el poder llama ‘ahorro’, y nos hacemos fuertes en la palabra ‘mío’, y calzamos mil máscaras que lo destruyen todo.
La libertad no existe, amigos, porque alguien decidió un día que existía el futuro, cuando, si miráis a vuestro alrededor, veréis nítidamente que tan solo el ‘ahora’ es la verdad latente, la verdad absoluta.
Aún con lo ya dicho, sigo pensando en la libertad como una posibilidad en la que creer y por la que luchar, pero siempre saldando antes deudas de justicia del hombre con el hombre... y por creer en esa posibilidad con todas mis fuerzas, estoy aquí con vosotros para alzar un grito fuerte y seco, como un directo al mentón del mundo, un grito que debe permanecer siempre en nuestras conciencias para hacernos mejores.
Quizás solo nos quede la indignación, que lo mismo fue lo que movió en su día a los hombres a los que hoy honramos. Por ellos, por todos nosotros...
Gritad conmigo: ¡Viva la libertad!"

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