Hoy salí tempranito para cazar imágenes del otoño bejarano, que va tardío y seco... y luego me lo pasé en grande jugando a ser Michael Orton, pero bien pasadito de rosca en la doble exposición, forzando al máximo las posibilidades que descubrió este fotógrafo genial y consiguiendo los resultados que veis.
Viendo los sucesos trágicos que atraviesan el mundo del hombre en estos días, me apetece dejar una breve reflexión sobre ello para que no me quede la vergüenza propia de haberme callado… Las religiones son profundamente dañinas en lo individual y en lo colectivo, en lo cercano y en lo lejano. Siempre basadas en el miedo, en el temor, en la búsqueda constante de un estado de tristeza marcado a fuego en todas sus pautas morales, dirigistas, sometedoras de pensamiento, acodadas con fuerza al dinero y a los grupos de poder que emponzoñan las sociedades desde hace siglos… Por ello, no es peor un cristiano que un judío o un islamista, que son todos malos de raíz, perversos y fieros estabuladores de grupos humanos… Ordenan el odio y la agresión, las más bajas pasiones y la aniquilación de quienes no comulgan con sus mandatos morales. En periodos de paz penetran sibilinamente en las conciencias y procuran que en los poderes políticos y económicos estén sus fieles ordenándolo todo a su ex...
¡Qué maravilla! Bien le sacaste los colores otoñales a estos parajes tan familiares.
ResponderEliminarAquí no ha llegado todavía el otoño. Renquea el verano con su óxido y con su tedio. Está ya uno deseando de esos colores, amigo. De verdad que harta, con colmo, el verano con retardo infinito que nos está tocando por aquí, por el sur que amo, pero que ahora me aturde un poco. Un abrazo. Hacía tiempo que no venía por tu página. Y eso es un pecado.
ResponderEliminarUn abrazo...
No hay una que no me guste, cabronazo. Precioso, de verdad.
ResponderEliminar¡Cuanto me gusta otra exposición de la realidad!
ResponderEliminarExcepto en lo de "cabronazo", que yo sustituiría por "válgamejomío!!", suscribo a Hugo..
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