Ir al contenido principal

Sima Qian


Mientras se nos viene adivinando otra guerra santa con desafortunados cruzados benedictos e integristas islámicos –prefiero a Los Morancos, y mira que son los tíos de lo más desagradable–, los sociatas gabachos han pillado a una periquita de buen ver que probablemente se lleve el gato al agua ante los guapetones intelectuales de derechas y los neofascistas lepenes (estos sociatas sí que saben)... Lo mismo para el año que viene se da la piña un Airbus contra la basílica de San Pedro y tenemos que revisar al periquito Nostradamus con atención y darle la razón a los visionarios proufo y a los codigodavinceros... y me jodería.
El caso es que la milonga mundial está cada vez más chunga –y peor que se va a poner– y en los gobiernos galácticos –inclúyanse los de carácter religioso– ha caído una caterva de disminuidos integrales de agárrate... Y mientras, olvidándonos del clima y sus catarros –que ya verás–. Va a ser mejor empezar a excavar en el suelo de mi cueva y profundizar bien para hacerme el bunker deseado, que de esta pandilla de hijos de putas poderosos se puede esperar cualquier cosa y ya.

(13:29 horas) Hoy concelebramos el cumpleaños de Ángel con comida familiar enredada en un murmullo de enésima última cena y no me apetece nada de nada no poder quitarme los zapatos y los pantalones durante la manduca. El caso es que cada día llevo peor este tipo de reuniones en las que flota la enfermedad como una espada de Damocles chunga y en las que los silencios dan unos gritos atronadores que ensordecen.
Me llevaré mi diario gráfico de otoño para hacerme transparente y que no se note mi presencia y, sobre todo, para entretener mi mano y dejar mi boca cerrada hasta llegar a meta. Es la hostia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj