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Soy independientemente de que tú quieras ser.


La idea del individualismo que alumbró Hobbes ponía a la sociedad en un lugar que me gusta: «La sociedad es simplemente un instrumento que nos ayuda a proteger ciertos derechos y a producir algunos bienes en mayor cantidad». Sé que la proposición peca de simplista y, por tanto, admitiría millones de argumentos en contra, pero me gusta a rabiar. El individuo como responsable íntegro de su moral y su ética, generador de derechos y usos, y generador de una secuencia de libertad [o hacia la libertad] que muy bien podría entroncar con la idea de «hombre» como posibilidad única y lanzado a la vida. Hombre para escojer y decidir, para avanzar o retroceder... y nunca «hombre» en función de lo social, sino en función de lo individual.
Desde esta persepectiva –bastante más trabada, por supuesto– deben desaparecer los valores preestablecidos y fijados por el pasado social y ser enunciados de nuevo con la magnífica capacidad de ser susceptibles de los cambios –por razón demostrada– que les apliquen los individuos. Es decir, llegar a definiciones flexibles en cualquiera de los valores que se tomen, tales como, por ejemplo, la moral, la política, la ley... consiguiendo eliminar la rigidez conservadora que lleva inexorablemente al anquilosamiento de lo social por la justa parálisis del individuo sometido a ella.
No servirían entonces las absurdas decisiones basadas en los percentiles, en las medias y las modas, con lo que se caerían de raíz bastantes «paraciencias» –léase la psicología, por ejemplo– y se daría vía libre a la conformación de nuevos parámetros en cualquier estadio del conocimiento humano y de la interrelación entre individuos [tú y yo, individuos afectados por un problema, somos capaces de arbitrar las normas a las que queremos someternos sin considerar el acuerdo genérico social... y lo hacemos libremente sabiendo que no perjudicamos a otros individuos que desean regirse por esa norma... y lo hacemos sin temor porque el individuo está por encima de la sociedad siempre que no interfiera de forma negativa en otra individualidad].
Joder, sé que me pongo pesadito, pero necesito argumentos que vayan poniéndole luz a este viaje.
(18:24 horas) Ahora que los políticos que se duermen en las cortes parece ser que van a poder dormir en casa, se confirma la elección de la Agrupación Socialista Bejarana de su alcaldable, el colega Cipriano González. Sólo nos queda saber con quién irá en este viaje, si formará equipo sólido o tendrá que ceñirse a la bicha personalista por falta de mercadería humana con ganas de joderse la vida en política.
Creo que la elección es la correcta, pues Cipriano tiene un tirón muy interesante entre la gente, pero también es muy importante saber escoger el segundo en la sombra, un segundo que sepa poner solidez a la alta representación que Cipriano seguro hará como futurible alcalde de Béjar. Los palos del sombrajo son pocos para esta tirada, pero no importa, porque habrá masa detrás.
Lo fundamental es que se prepare un programa sólido, de futuro, sin mirada electoralista, que se tome con seriedad el planeamiento de ciudad y se lleve a cabo con sensatez y buen juicio.
Les deseo suerte... una hermosa suerte de izquierdas, que ya se viene necesitando.
De Tontopoemas ©...

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