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Amar es propiciar espacio al sujeto amado.

Me espera fin de semana achuchaíno: Remate del local candidatural, visita de Diego Mesa, revisita de Fernandito R. De la Flor, rematito Patrocinio, firmada molona de un montón de libros made in Segundo Santos… y luego la semana… la jodida semana con dos libros que entregar, un par de currantes de vacances, solos [nosotros] con mis suegros [casi como solo en casa… sin madre para desayunar, comer ni cenar] y dos jodidos días de vacaciones sacras para romper el ritmo empresarial que hace posible el pago de las nóminas.
Menos mal que hoy mi Mª Ángeles se presentó a los postres con unos bartolillos de sorpresa, esos fritos rellenos de crema que siempre compraba yo en la panadería de la Casa de Las Conchas cuando era estudiante universitario, esos bartolillos que hacía ya la friolera de veinte años que entraban por mis ojos y por mi boca. Para comérmela a ella junto a los bartolillos.
Sé que en este diario apenas hablo de mi Mª Ángeles, y lo hago a conciencia y en conciencia, porque el amor sólo me gusta darlo y recibirlo. Hoy haré una excepción brevísima para decir que existo por ella, por su forma hermosa de saber dejarme espacio y estar siempre a mi lado, por su entrega constante. Mª Ángeles es mi gran amor, un amor con vocación de eternidad. Si alguien fuera capaz de sentir envidia de mí, seguro que sería por la mujer que hace el camino a mi lado.
De Tontopoemas ©...


* "Canto de Ossanha" de Vinicius de Moraes.

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