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Fabular y confabularse.


16 de diciembre de 2008
El hombre es dado a fabular constantemente [la mujer quizás más... y no se me echen encima las hermosas feministas que conozco, que estoy para el arrastre y no necesito absurdos estos días], mira y ve donde no hay, hace un círculo negro sobre blanco y se dedica a lanzarle dardos buscando verosimilitud, adjetivos y nombres, verbos y sobrasada... y luego arma un escenario para su trama nebulosa [que al paso de los días se vuelve absurdamente nítida] y suma actores... y cuando el libreto de la fábula está casi ‘imperfecto’, pues que busca a otros hombres para pasar de la fábula a la confabulación... y así se va creando el arma sigilosa del bulo que va de boca en boca...
Por eso no me gusta el hombre social, porque acomete contra otro hombre sin razones probadas por no saber darle una salida hermosa a su impronta literaria más genética.
Sí, a mí me encanta fabular, igual que a todos... quizás más que a casi todos, pero aprendí hace tiempo de un par de maestros tan grandes como Ángel García López y Ángel González [ambos me lo explicaron alguna vez delante de unas copas], que la mejor gestión de la fabulación es la que emerge en primera persona... ser tú siempre el ladrón, el amante furtivo, el desastre social, la escoria de tu casa, el violador nocturno, el triunfador que medra, la mujer desleída en alguna pasión, el diablo, dios mismo, el tahúr, el sodomita oscuro, el delator, el pobre, el asesino... y juro que cuando supe gestionar la fábula en mí mismo, fue justo cuando empecé a sentir que escribía como realmente deseaba escribir [no sé si bien o mal]... espero que le sirva a alguien.
•••
Vayan desde aquí mis mejores deseos para Lorena, Mili y Víctor, que estos días están pasando por un duro trance de salud en su familia. Buscar el paso nuevo es la razón de mañana. Un abrazo muy fuerte para los tres y esa inyección de ánimo que necesito en vosotros para sacar adelante nuestro proyecto en Alto Moche. Os necesito fuertes a los tres.

Comentarios

  1. ¿Crees que no nos sirve como escribes?....sigue haciéndolo, lo necesitamos, y olvida todo lo demás.

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  2. ¡Qué bien lo explicas! En mi niñez, decíamos “el que se pica, ajos come”. Relájate un poquito, colegui, ¿vale?

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  3. Fabular en primera persona, creo haberlo hecho muchas veces pero lo voy a tener más en cuenta. Otra cosa Luis, el otro día te mande un email, avisame que te parece la propuesta y el cambio. Un abrazo gigante amigo!

    Ariel.

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  4. Supongo que es una razón de por qué la novela te gusta menos que la poesía. La verdad es que en muchas ocasiones en que empiezo a leer en 3ª persona, no me suena a verdad, parece que le falta autenticidad, y es que nadie puede meterse en el alma del otro y sacar de allí sus sentimientos.

    Hoy si tú fueras yo, tal vez aumentarías tus paraísos del suicida. Esta mañana se suicidó el hijo de una compañera mía. Había sido alumno del instituto, tenía 20 años, era -parecía- un chico muy sano y alegre. Ayer le dejó su novia.
    Vengo de estar con la madre, -si es que eso es posible-, y con el padre, y encontré a cada uno inconsolable, solo en su dolor. Otra vez bien juntos el amor y la muerte.

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