Ir al contenido principal

Como desabrigado...


Este andar como desabrigado no lo llevo nada bien… y todo se retuerce enfrente de los ojos.
Necesito una evasión para hacer todo esto soportable, una vida que sea más humana y más sencilla, necesito que las cosas dependan de mí, de mi trabajo, de mi esfuerzo, de mi hacer o no hacer… no encajo en los parámetros del mundo de los hombres, no sé adaptarme a esta selva que deglute a sus individuos sin pararse a sentir algo por ellos –los elimina y basta–, no encajo en este sistema que secreta continua competencia y busca derrota en vez de logros comunes… no entiendo en qué anda metido el hombre…
El castillo de naipes se zarandea y siempre hay alguien que sonríe entre dientes, alguien que se frota las manos, alguien que entra en éxtasis por la destrucción y el fracaso ajenos… y eso no está bien, no está nada bien.
¿Qué he hecho mal?... no lo sé, no tengo ni puta idea… mi cabeza no alcanza a entender qué es lo que he hecho mal… pero todo se viene abajo… si yo hago lo de siempre, lo mismo de siempre, nada distinto que pueda propiciar esta caída… no he creado el problema ni tengo soluciones… hago lo mismo que hace cinco años, y entonces iba bien… sigo en el mismo tono, soy la misma persona, tengo un ímpetu parecido, respondo a los dictados sociales como el que más, a los económicos, a los legales… y ahora debiera tener más crédito que antes, pues he demostrado que soy capaz de sobrevivir en esta sociedad consumista generando trabajo y hasta quizás riqueza, que mi proyecto es viable y da curro a buenas personas que lo precisan para sentirse dignas, que alimenta a varias familias y propicia un pequeño crecimiento en mi entorno… ¿pero qué he hecho mal?, ¿qué coños he hecho mal?...
Y me digo en silencio que todo esto no debe afectarme, no puede afectarme… y me grito hacia adentro pidiendo calma, serenidad, cabeza fría… ¿para qué?... si no tengo la batuta en mi mano, si hay otros que apagan la luz y basta… si a pesar de luchar hasta agotarme, sé que la batalla está perdida, porque otras manos mueven las piezas o las dejan paradas en su casilla aunque yo me empeñe en lo contrario. Tengo que salir de esta mierda, tengo que seguir intentándolo… ¿pero cómo?, ¿a qué recurro?... si el suelo se vacía bajo mis pies a cada paso, si no hay moral que sirva, si no queda vergüenza, si el hombre es el peor enemigo que tiene el hombre.
Sí, necesito una evasión, una puerta de huida… o me volveré loco… o quizás el más reclacitrante de los antisistema… yo solo quería estar aquí, pertenecer a esto, edificar algo con lo que vivir dignamente y con lo que mis hijos pudiesen gozar de cierta seguridad en el futuro… pero no depende de mí, haga lo que haga no depende de mí, depende de que otros como yo se decidan a levantar la voz y pongan los principios del fin de las prebendas, de las leyes injustas, de todas las diferencias que propician las gentes que creen que tienen una buena vida segura para siempre, los que no cumplen con su cometido y cobran, los que mienten y roban con sus manos recién lavadas, los que exigen y nunca aportan nada, los que se aprovechan, los que no saben gobernar con verdadera justicia social, los que permiten que se destruya el tejido obrero que lo sustenta todo, los que le dan al poderoso y le quitán el pan de la boca al que pasa hambre, los acomodados… esos son los peores, aunque no lo parezca, los jodidos acomodados encerrados en sus micromundos de falsa eternidad, esos que nunca deciden otra cosa que no sea viajar a la costa con el bolsillo repleto o sentarse plácidamente a ver el fútbol en un sofá muy cómodo… esos son los peores, los culpables reales de lo que nos sucede, los que adormecen a quienes debieran alzar la voz, los que ruegan silencio y dan lecciones de palabra [nunca de hecho], los del sí pero no, los que reconocen a media voz que todo va mal mientras agarran con fuerza las monedas en sus bolsillos para que no desaparezcan…
Necesito una evasión de verdad, reír con ganas, sentir que estoy vivo y vivir, gozar de mis amigos y con ellos, hacer lo que realmente quiero hacer [y no estar maniatado cada segundo del día porque unos tipos vacíos no saben establecer unos parámetros lógicos de uso social que consigan que todo fluya], necesito creer en algo más que en mí… pero parece imposible en estos días.

Comentarios

  1. Luis Felipe, sigue remando.
    Mi hermana quería tener otro hijo y como el pariente no se aviene en lugar de discutir ha decidido hacerse con un cochecito y sacar a pasear la pata de jamón con gorrito de lana y chupete.
    Si te lo puedes imaginar, te mando un abrazo para ti y tus amigos.

    ResponderEliminar
  2. Caro Luis Felipe,
    ¡Ah, era eso! Nos tenías preocupados... No puedes mantener todos los frentes abiertos, los héroes de Marvel no lo hacen...
    Abrazosos

    ResponderEliminar
  3. Te exiges demasiado. También lo pequeñoe insignificante existe y hay que tenerlo muy en cuenta. El mundo tiene tanto bueno como malo. ¿Por qué sólo piensas en eso? Joder Pipe, vuelve a jugar con las canicas.
    Un fuerte abrazo de tu amigo mgmoso.
    No ansiedad.

    ResponderEliminar
  4. Un profesor explicó el mundo como un vaso lleno de cubitos de hielo que se derriten lentamente. Cuando falla el apoyo de una arista, todos los cubitos cambian su posición, y comienza otra fase de equilibrio... inestable. Decía Tagore que las lágrimas nos impiden ver las estrellas, o algo así. Y no sé quién, que la paz es el cementerio... Vivir trae otras cosas.
    Espero que no creas que estoy hablando de ti.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Esta mañana paseaba con la cría por el pueblo... simplemente tomando el sol. Hoy hace un día maravilloso.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Por favor, no hables de mí... si acaso, hazlo de ti mismo...

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj