Obedece a tu lógica y no a la cruz de los malentendidos... y sé lo que debas ser cada mañana: quizás el polvo de estrellas que te hizo y al que caminas ciego... pero todo es asombro... el día siguiente, los dóciles terneros en los pastos y esta sensación de que cuando algo muere hay también algo que germina... no dejo de asombrarme por las nubes que llegan con sus aguaceros, por esta paz particular mientras el mundo arde, por lo mínimo que somos y lo mal que tramitamos cada roce... si todo es tan fácil como vivir y morir, viejo, tan fácil como eso, estar y dejar de estar mientras todo continúa.
Llevas unos días pasando de la euforia al hondo pozo oscuro y viceversa... tan pronto todo es diáfano como se vuelve negro, y eso te hace perderte del camino de lo que realmente importa.
Y te despiertas por la mañana y es domingo... y las primeras palabras que recibes es que anoche murió Carlitos y que no te han querido decir nada hasta salgas calmadito del sueño... Carlitos, coño, Carlitos... es la hostia... mi vecinín de siempre en la Travesía de San Nicolás, Carlitos el panadero [así le llamé siempre], el hijo de Simón y María [también desaparecidos ya, pero aún bien nítidos en mi memoria], el hermano de Blanquita, que fue siempre como una hermana mayor del descansillo de escalera de aquel ‘tercero centro’ sin ascensor.
Ahora recuerdo que Carlitos, unos diez años menos que yo, guardaba sus paquetes de Winston en el armarito de la llave del agua de la escalera... eso y su sonrisa eterna, que solo le recuerdo sonriendo, a pesar de su salud complicada siempre... ¡joder!... Carlitos... siempre cargado de dulces tradicionales y de hornazos para que los comiéramos en casa. Sé que mis padres han pasado la noche en el velatorio, acompañando a la familia [Carlitos era parte también de mi familia, una de esas partes añadidas que no tiene genética, pero sí muchos afectos], pero yo no quiero ir, no quiero aparecer por allí de ninguna manera, quiero quedarme con el recuerdo nítido que hoy tengo y que nada lo enfosque de desaparición, aunque hay algo que me está obligando por dentro a hacer lo que no quiero hacer.
Se te deshace el mundo y se te va despoblando, viejo, poco a poco... es solo la edad, no te preocupes... ya sabías que de aquí en adelante todo es supervivencia y sentarte a mirar los cadáveres que pasan hasta que llegue el día en el que tú lo seas... ya sé que es duro ir perdiendo tus referencias físicas, ver cómo se agotan y desaparecen imágenes y personas que hicieron crecer en ti los sentimientos más dispares y los más maravillosos, y quien mejor crece y quien vive más intensamente es el que sabe procesarlo todo con tranquilidad y sin dejarse amilanar por un enrarecido sentimiento de muerte y acabamiento... de cada desaparición cercana, viejo, hay que sacar siempre conclusiones positivas... y, hoy, la mejor conclusión es que nada es tan importante como para que te vengas abajo, que hay dos formas tangibles en la vida de la gente, una falsa, la de las cosas de los hombres... y otra absolutamente verdadera, la del latido y la desaparición... debes continuar como lo has hecho siempre, sin mirar demasiado hacia atrás y empeñado en la idea de ‘hacer’ hasta que puedas.
Mi mejor recuerdo para Carlitos, el panadero, el mejor vecinito que tuve nunca, el amigo... y un abrazo fuerte y sentido a toda su familia, que es la mía.
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...Y UN RATITO DE MIRADA RESUMEN AL MUNDO ECONÓMICO GLOBAL
Yo creo que ya se puede hablar, sin temor a equivocarse, de un golpe de estado en toda regla, pero no un golpe de estado a un estado, sino un golpe de estado global a todos los estados, un golpe nítido y certero a la democracia en el mundo... y no es nada difícil de ver ni de comprender, pues se patentiza con verdadera simplicidad en los hechos seriados que se apuntan: 1. el gran imperio bancario y financiero se mete en negocios sucios con el fin de multiplicar geométricamente sus ganancias y les sale mal, quebrando algunos de ellos y quedando muchos en graves dificultades. 2. los gobiernos de los estados democráticos deciden sujetarlos mediante el ingreso caudalosísimo del dinero de los ciudadanos para que sigan existiendo y para que sujeten el sistema económico, y lo hacen con el compromiso ante los ciudadanos de poner serios controles a la especulación y acabar con los paraísos fiscales [no cumplen sus promesas, como casi siempre]. 3. El apoyo dado a los ‘ladrones’ financieros y bancarios obliga a los estados a endeudarse, teniendo que tirar de los mismos bancos a los que ayudaron [a los que regalaron nuestro dinero público] para obtener préstamos con los que solventar el hueco económico producido, y esos bancos se muestran exigentes hasta el punto de cargar intereses leoninos a los estados. 4. No quedándose satisfechos con el dinero regalado más el dinero prestado a intereses de usura, los bancos manejan a ‘sus’ agencias de calificación para endurecer aún más los costes de los préstamos [a menor calificación de un estado, más riesgo y, por tanto, mayores intereses a los préstamos... a esto se le llama ‘especulación’ y es un verdadero y gravísimo delito]. 5. Los hechos explicados en los puntos anteriores consiguen que las bolsas caigan en picado, lo que implica enormes pérdidas de ‘valor’ de las empresas con el consecuente de nuevas ganancias para los especuladores, que son los mismos a los que les regalaron el dinero y que luego nos lo prestaron a altos intereses. 6. Las instituciones con portavocía del mercado [fundamentalmente el FMI] toman decisiones con respecto a los estados, decisiones tendentes a que sus asociados [la banca y las entidades financieras] sigan lucrándose, y para ello comienzan a emitir órdenes tajantes de índole económica a los estados [aquí ya se percibe netamente el golpe de timón... una institución de orden económico, con clientelismo total hacia los negocios del dinero, toma las riendas de las decisiones políticas. 7. Los estados, con políticos mediocres y, por qué no decirlo claramente, llenos de intereses particulares, cumplen sin rechistar las órdenes del FMI, que no son otras que la reducción del estado del bienestar, cargando el peso de la deuda sobre los hombros de los ciudadanos [se regala el dinero de los ciudadanos para salvar a los ‘ladrones’, se pide prestado posteriormente a los ‘ladrones’ para tapar ese agujero de dinero regalado, y se exprime a los ciudadanos para seguir pagando a los ‘ladrones’], y todo con esa frase cabrona de ‘salvar el sistema’ [un sistema injusto por donde se mire, el sistema capitalista y el liberalismo feroz que tiene a media Humanidad muriéndose hambre, sed, enfermedades y guerras absurdas e interesadas]. Y 8. Quizás lo más grave de todo... los ciudadanos permanecemos callados al calor de los restos del naufragio y demostramos a quienes nos manejan que no tenemos la cohesión social precisa para tomar las riendas democráticas y cambiar las bases de barro del sistema actual. Mantenemos a nuestros políticos o los sustituimos por otros de peor catadura, no salimos a la calle a gritar las verdades de barquero y a exigir que se nos devuelva lo que nos robaron y lo que nos siguen robando y, lo peor, es que aún no somos conscientes del golpe de mano durísimo que nos han dado y no hay reacción.
El resumen... que le dimos todo lo que teníamos al que nos robo para que nos siga robando... que si ellos se equivocan, siempre paga el pueblo... que el sistema no solo se ha agotado, sino que está destruyendo la posibilidad veloz de un cambio fácil para llevarnos a la dura realidad de un cambio dificilísimo en el que, para que ellos terminen siendo las víctimas lógicas y merecidas, deberemos perderlo todo y buscar soluciones de sangre y fuego.
Sí, ya se ha producido el golpe de mano más global de la Historia... y nosotros estamos viviendo todo el proceso... solo nos queda tomar consciencia de ello y, posteriormente, tomar conciencia de que hay que buscar decisiones valientes y durísimas para cambiar el sistema y salvar la idea democrática frente a la liberal/capitalista... y aquí no vale ser de izquierdas o de derechas... solo vale tener ojos para ver y tomar las riendas comunes con la fuerza de todos.
Qué quieres que te diga... (¿nada?) pues que esto se veía venir desde hace tiempo y nadie ha movido un dedo. Que llevo dos años discutiendo con "J", un señor de huelgas sindicalistas que ha estado feliz y ciego todo este tiempo pq como tú dices..."no pasa nada si a mí no me pasa nada", (pues toma!) que hemos tenido mucho tiempo para movilizarnos e intentar cambiar "algo" y, ahora, ya, pa qué?. Y que sí, que esto es la mundial, pero que nosotros tampoco hemos sabido prevenir, sino todo lo contrario.
ResponderEliminarLeñe, leñe, leñe...
-Y que siento mucho tu tristeza, querido amigo-
Un besito
Pero cuánta razón tienes. Esta debía de ser la que llamaron "refundación del capitalismo". Sólo que no va a ser ni como remotamente pudimos imaginar. Y parece que no nos queda otra que mirar la procesión o el proceso desde la acera...
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