Gracias a la pericia y a la atención de Hombre Pez, los daños colaterales de este trabajo atragantado del todo han sido los menos posibles... ya había pegado las pegatinas fallidas en más de trescientos ejemplares, cuando se me ocurrió mirar mi correo electrónico y ver el aviso del colega... todo un favor es el que me has hecho... así que te debo cañita con tapa donde quieras y cuando quieras. Y que sigo en esta enorme dispersión, que ayer me quedé hasta bien entrada la noche haciendo pegatinas por doquier [incluida la puñetera que me ha fastidiado media mañana de curro] y se me caían los ojos.
Lo dicho, mil gracias y un abrazo fuerte, amigo.
Y que dejo aquí el resto de las pegatinas que he tenido que hacer [400 de cada para pegar una por una en su página correspondiente]... todo un castigo a mi falta de concentración... y que no se me olvide nunca lo que me ha sucedido, y que aprenda a tomarme tiempos de asueto cuando mi cuerpo y mi cabezota me lo pidan. ¡Qué putada, coño!
Ánimo, Felipe. Tú puedes con todo. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro de haberte servido de ayuda.
ResponderEliminarPor supuesto que acepto esa cañita. A la segunda ronda invito yo.
Un abrazo.