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Notas de mi cuaderno de noviembre.

Me he dado cuenta de que hay ciertas palabras que, pronunciadas por uno mismo y hacia sí, te dejan en ridículo. Una de esas palabras es ‘artista’. ¿Qué es un artista sino lo que los otros consideran de él? Debiera estar prohibido que uno se autodenominase ‘artista’ ante los demás, pues hacerlo le llena de daño a uno mismo y produce sentimientos encontrados y no controlables en el de enfrente.
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No me gusta asistir a actos públicos de carácter cultural porque me suenan las tripas y arranco a sudar... pero también porque en este tipo de actos siempre se miente, se miente en todo... y hay bastantes individuos que solo van a beber gratis, a comer pinchos o a llevarse el librito de turno sin apoquinar la gabela precisa y necesaria.
Todos sonríen satisfechos ante las obras expuestas y sus autores [mientras comen y beben, claro], y al salir hacen mofa del trabajo que vieron, que no crítica... odio a los que no saben ni ser diletantes.
Tampoco me gusta ir a actos culturales porque el 90% de lo que te roza tiene que ver con el narcisismo.
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Llevo mal que el ‘artista’ lleve pose de artista siempre que hay algo de público, que la humildad y la naturalidad son condición imprescindible para ‘ser’ cualquier cosa en la vida.
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¿Por qué una obra necesita un entorno para ser vista mejor? ¿Es que el entorno cambia su valor?... si es así, maldita obra.
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Un hombre nunca es mejor que lo que se piensa de él.
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No me gusta salir con escritores, porque luego me pongo siempre enfermo y vomito [¿será el alcohol?].
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Si has crecido intelectualmente solo lo sabrás cuando aprendas a esconderte de los demás.
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Me gusta que la soledad me mire fijamente a los ojos.
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Hay cierto automatismo de la estupidez al que muchos terminan llamando ‘arte’.
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Tener reputación consiste en que alguien recuerde lo que hiciste.
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Quiero que me comprendan... soy tan vanidoso.
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La fantasía solo se troca en posibilidad en el verdadero creador.
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Ataca una dificultad y acabarás teniendo alguna tentación.
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Ser eficaz es decir exactamente lo que sientes, pero eso no supone que la respuesta que recibas contenga eficacia.
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El viento se hace avaricia en tus cabellos [un apunte].
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Trabajar sin ideología es pura nada.
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Las huellas que dejo jamás resuelven, y eso es bueno.
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Las persianas están tristes... ya es otoño.
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Sospecha de quien no se arrepienta de lo que ha escrito.
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Las flores en otoño son sexos viejos.
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La ternera me mira con ternura desde el plato.

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