Ir al contenido principal

Una mañana minusválida.



Subí a comprar el pan y Filito me dijo: “tú y yo tenemos que escribir un libro juntos... lleno de todas las chorrás que nos pasan, je, je...”... y yo le contesté que estaba en ello. El tipo que fumaba en la puerta sonrió y yo me comí el cuscurro de la ‘barrete’ como con hambre mientras les decía adiós con la mano.
Luego salí para hacer una visita al ayuntamiento y me silbó Pepe ‘Madrileña’ desde la esquina... “¡Niñooo... esperaaaa!”... quería un cigarrito, como todos los días... “joder, Pepe, que tengo prisa, a ver si compras, coño...”... y le di un cigarro [me quedaban dos en el paquete]. A la vuelta del ayunta pasé a comprar un paquete de Chester por PdT y allí estaba Arturo, el pintor del barrio... “No trabajes tanto”, me dijo, pero el tipo solo lo supone, porque nunca me ha visto trabajar, solo me ve entrar a comprar tabaco y salir del recinto. Bajé a la imprenta y la vecina me chisteó desde la ventana... “Hijo, ¿puedes venir dentro de un rato a hacer una foto de la Virgen que tengo en la cabecera de la cama?, es que todavía no he hecho la habitación”, y le contesté un luego subo sonriente y me senté en mi estudio para ver el trabajo del día... nada, dos cositas para solucionar en media hora y a dejar pasar el tiempo para ver si a alguno se le ocurría acercarse a pagar o a encargar algo. Escribí un ratito unos párrafos malos de atar, navegué en facebook con la movida “Gominolas para los patos”, dibujé algunos garabatos y me fumé todo lo fumable hasta aburrirme como una ostra perlera mientras pensaba en las ‘chorrás’ a las que se refería Filito, todas alrededor de la gente da la Plaza Mayor, esa colección inimitable de personajes únicos e intransferibles [no aguantarían ni dos segundo fuera de su ambiente] que hacen de este tedio purito realismo mágico. Me avisarón y era el presi de la plaza... “mira, Felipe, tú me haces unas esquelas para el entierro de la sardina y te ponemos a la imprenta de doliente, ya sabes, como si fuera un anuncio, je, de doliente... eso vende mucho porque la gente es agradecida, y no es lo mismo poner colabora que poner doliente, dónde va a parar...”. Le dije que sí para que me dejase tranquilo y volví a mi silla... y llamada de amable señorita de SEUR para hacerme una encuesta... [como no tenía nada que hacer, la atendí]... “debo advertirle que esta conversación va a ser grabada... ¿su nombre y apellidos?... ¿trabaja con SEUR?... ¿con qué frecuencia lo hace?... ¿trabaja con otras compañías?... ¿por qué lo hace?... ¿no está satisfecho con nuestro servicio?... ¿envía paquetería o documentación?... ¿con qué frecuencia la paquetería?... ¿y la documentación?... ¿cuando trabaja con otra compañía, lo hace fundamentalmente enviando paquetería o documentación?... ¿por alguna razón especial?... ahora le voy a decir sus datos y le ruego que me corrija si me equivoco en algo... muy bien, señor Luis, ya hemos terminado, solo me queda agradecerle su atención y recordarle que puede contactar con nosotros en...”, y me fumé otro cigarrillo, y volví a conectarme a facebook dos minutos para luego ir hasta donde la vecina a hacerle la foto de su Virgen de dormitorio.
A la una y diez llegó Guille con carita de frío. Pillamos el pan y nos fuimos a casa a preparar la comida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj