- Busca el error en la obviedad. Aprenderás muchísimo.
- ‘Todavía’ es un término verdaderamente vital.
- Cuando tengo razón no suelo estar de acuerdo.
- Hay días en los que la muerte me parece increíble... otros días no.
- ¿El don de la amistad será hereditario?
- Cuando escribo no pierdo nada, me descargo.
- Mi suerte es que aún puedo asombrarme cada día... hasta de la estupidez.
- A veces uno se siente más seguro en minoría que llevando las riendas... es lo que le sucede ahora a los ideólogos de izquierda.
- Somos hombres libres sin posibilidad de decisión sobre casi nada.
- Todo lo virtual lleva a consecuencias reales... entonces la virtualidad deja de serlo.
- ¿Puede existir un instinto racional?... ¿y una racionalidad instintiva?...
- A veces lo libre no es digno... y viceversa.
- Cada día que pasa siento menos simpatía por mí... y un odio cerval a lo que soy por los demás.
- Me encantaría ser relativista, entre otras cosas porque no le gusta nada al Papa.
- Tolerar no implica que no te muestres firme en tus convicciones.
- ¿Cuándo tomarán en cuenta las deseos de la gente sencilla?... vale... ya sé que nunca.
- ¿Pensar u obedecer?, ¿reflexionar o someterse?... La religión siempre está a la derecha de una frase según se mira.
- Los pensamientos solo tienen sentido si se los hace llegar a algún lado.
- Una de las máximas de lo liberal es el odio a la cultura... hay que parar esto, coño.
- ‘Desacreditar’, la palabra del siglo XXI.
Viendo los sucesos trágicos que atraviesan el mundo del hombre en estos días, me apetece dejar una breve reflexión sobre ello para que no me quede la vergüenza propia de haberme callado… Las religiones son profundamente dañinas en lo individual y en lo colectivo, en lo cercano y en lo lejano. Siempre basadas en el miedo, en el temor, en la búsqueda constante de un estado de tristeza marcado a fuego en todas sus pautas morales, dirigistas, sometedoras de pensamiento, acodadas con fuerza al dinero y a los grupos de poder que emponzoñan las sociedades desde hace siglos… Por ello, no es peor un cristiano que un judío o un islamista, que son todos malos de raíz, perversos y fieros estabuladores de grupos humanos… Ordenan el odio y la agresión, las más bajas pasiones y la aniquilación de quienes no comulgan con sus mandatos morales. En periodos de paz penetran sibilinamente en las conciencias y procuran que en los poderes políticos y económicos estén sus fieles ordenándolo todo a su ex...
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