Si Gog, Ávalon o la tierra perdida de Lyonesse fueron fruto de la imaginación tanto como El Dorado o las Islas Esquivas del Mar de la Oscuridad, ¿por qué no soñar ahora con magros paraísos que no sean solo fiscales?, ¿por qué no crear mundos dentro del mundo en los que aún sea posible la aventura y el milagro?... y es que vuelvo a no estar para nada en esta turbidez socioeconómica gandula y matarife. También en el circo económico hay atlas falsos del mundo, mapas en los que se suponen seres omnipotentes, abundantes riquezas y peligros sobrenaturales (siempre me pregunté por qué entre el catálogo de números... enteros, naturales, reales, racionales, imaginarios... no hay un capítulo para números sobrenaturales), atlas hechos por navegantes fallidos o interesados, atlas económicos empeñados en inventar realidades fuera de la verdad copernicana, atlas para una nueva colonización de las islas sumergidas que son los hombres de a pie, los hombres primarios que solo necesitan lo justo...
Bitácora de Luis Felipe Comendador