Ir al contenido principal

Desde el fracaso puede se puede partir a cualquier lugar.

¿Quién atenta más contra mi libertad que yo mismo? Nadie.
Es curioso cómo me cierro caminos y cómo modero mis opiniones y mis actos sin que medie otra cosa que la jodida conciencia. Mi conciencia: una mordaza.
•••
Renunciar ante la imposibilidad es engañarse, pues la renuncia implica capacidad y contra la imposibilidad no existe capacidad alguna que no sea el autoengaño y el engaño a los demás.
•••
Fracasar en ‘literatura’ [tal como se entiende en estos días] es un gran paso en tu carrera como literato.
•••
Quien guarda la pasión solo para la cama, puede ser un magnífico follador [es raro], pero nunca será un hombre satisfecho.
•••
El triunfo es el primer signo de la derrota.
•••
Para tener calidad humana hay que ser decididamente imprudente.
•••
Que alguien me indique la fórmula química del remordimiento para, así, poder inyectarle tal específico a toda la jodida humanidad.
•••
La juventud siempre es un error a toro pasado.
De Tontopoemas ©...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Al Canfrán a varear fideos...

Debe ser de cuando te mandaban “al Canfrán a varear fideos” o incluso de aquella mar salada de los ‘mecachis’... el caso es que siempre llevo puesto algo de casa [que es como decir algo de antes] en la jodida cabeza... y nado entre una pasión libidinosa por decir lo que me dé la gana y un quererme quedar en lo que era, que es lo que siempre ha sido... pero todo termina como un apresto en las caras, mientras el hombre de verdad dormita entre una sensación de miedo y otra de codicia... ¡brup!... lo siento, es el estómago que anda chungo... y tengo ideología, claro, muy marcada, y la jodida a veces no me deja ver bien, incluso consigue que me ofusque y me sienta perseguido... a veces hago listas de lo que no me gusta y de los que no me gustan... para qué, me digo luego, y las rompo... si al final todo quedará en lo plano y en lo negro, o en lo que sea, que al fin y al cabo será exactamente lo mismo... es por eso que hay días en los que me arrepiento de algunas cosas que he hecho, casi t

Los túneles perdidos del Palacio Ducal bejarano.

Torreón del Palacio Ducal con el hundimiento abajo. De chiquitillo, cuando salía de mis clases en el colegio Salesiano, perdía un buen ratito, antes de ir a mi casa, en los alrededores del Palacio Ducal bejarano. Entre los críos corrían mil historias de pasadizos subterráneos que daban salida de urgencia desde el palacio a distintos puntos de la ciudad y nos agrupábamos ante algunas oquedades de los muros que daban base a los torreones para fabular e incluso para ver cómo algún atrevido se metía uno o dos metros en aquella oscuridad tenebrosa y estrecha. Ayer, en mi curioso pasar y por esa metichería que siempre tenemos los que llevamos el prurito de la escritura, escuché durante el café de la mañana que se había producido un hundimiento al lado de uno de los torreones del Palacio Ducal y corrí a pillar mi cámara y me acerqué hasta el lugar. Allí, bajo el torreón en el que se ha instalado una cámara oscura hace un par de meses, había unas protecciones frugales que rodeaban un aguj