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Savonarola in route

Hoy viajé solo hasta Helmántica para rematar el trámite de un permiso de residencia y trabajo de uno de mis inmigrantes [el primero que conseguimos, después de mil gestiones tediosísimas y un ingente papeleo, que pueda andar tranquilo por nuestro país]. La ida fue de auténtico bostezo, y ya no cuento la hermosa cola que debí esperar en la oficina de inmigración [me encantó encontrarme entre hermanos de múltiples razas y aguanté con gusto hasta que me tocó, que fue tarde].
A la vuelta a Béjar decidí retomar una de mis antiguas costumbres viajeras, que consiste en posar la cámara de fotos sobre el salpicadero del coche y estimular al obturador cada dos o tres kilómetros. Me dicertí y el viaje se me hizo cortito, cortito.
Aquí dejo algunas de las 126 tomas que capté [con su toque Ph., por supuesto].


































Comentarios

  1. Esta serie me demuestra que tú mirada es cercana a mí, eres de los míos.

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  2. Siempre fui de los tuyos, Javier. ¿No recuerdas?

    Un abrazo.

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  3. Luis Felipe: acabas de retratar una historia a la que se podría poner palabras o música. O una magnífica película.
    Soberbias esas nubes de la fotografía sexta, magníficas las de las vallas-quitamiedos. Y la serie del toro, con el final de la cuarta de ellas.
    Fuiste a unos trámites. Volviste con un libro en el salpicadero.

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  4. Para uno que es un daily commuter y sufridor cotidiano de estos parajes archiconocidos las fotos me provocan una súplica al bejarano que manda para que meta mano, ahora que se puede, y agilice las obras de la vía rápida en marcha.

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  5. Un cortometraje mudo!!!, preciosas las fotos, qué quiere que le diga, una verdadera mini obra de arte.

    un abrazo.

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  6. No puedo creer que tengamos la misma costumbre...a mi eso de andar con una cámara en el carro cuando viajo se me hace fundamental...y regreso con montones de fotos como las tuyas...
    Un abrazo inmenso

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